De su olvido y de su fuerza habla con propiedad Pablo Montoya en el prólogo de uno de ellos, El cuento: el gran género. “No le va tan bien al cuento en estos días en que la novela es la más glamurosa del gran teatro de la literatura. Quiero decir que no se lleva las mejores luces de la escena, ni las mejores ventas en taquilla, ni la buena atención de los acomodadores. Pero aquel texto breve, rotundo, equilibrado, inquietante por lo sugerente, donde aparecen con eficacia los abrazos de la imaginación y la pesquisa estilística, ese tipo de escritura con que hemos avanzado en el ámbito de la tradición universal de las letras, sigue gozando de una salud extraordinaria”
Con el apoyo de sus patrocinadores (Promigas, Bancolombia, Sura y Tebsa) La Cueva viene desde hace casi diez años estimulando al cuento colombiano mientras la mayoría de las editoriales prefieren, en efecto, consolidar la publicación de novelas.
El Premio Nacional de Cuento La Cueva recibe todos los años más de mil historias participantes, venidas de todo el país y del exterior. Nuestra fundación premia al mejor texto con 20 millones de pesos, al segundo con tres y al tercero con dos. La edición que entregamos el miércoles, El Coi y otros cuentos fue la número siete.
Por su parte, Cuentos de La Cueva por Colombia recoge cada año los trabajos literarios cortos de doce escritores nacionales y los lleva a lugares distantes de sus hogares, para que allí los cuenten y cuenten cómo los crearon. Los narradores visitan diferentes municipios de Colombia, dejan testimonio de su creación y despiertan en niños, jóvenes y grupos de familia su imaginación.
Ya vamos por la novena edición de este proyecto único en Colombia.
Quizás el año entrante tres libros de nuestra editorial (estos dos y el del carnaval de las artes) puedan, sin perder su raigambre ni su índole, adquirir una identidad digital y regarse por internet.
En el prólogo de la novena edición de Cuentos de La Cueva dice Mayra Alejandra Díaz: “Los autores que conforman este libro son una muestra de la calidad narrativa que experimenta hoy el país, nos abren a la posibilidad de historias con temáticas disímiles, enriquecidas a su vez con elementos regionales, aunque libres del sello costumbrista que hasta hace dos siglos fue columna vertebral del cuento en el país”.
Quizás debamos recordar que mientras el Carnaval de las Artes marca el carácter internacional de La Cueva, esta adquiere su condición nacional de los dos mencionados proyectos de la cuentística, además del bar restaurante que lleva su nombre y ha sido declarado bien público de la nación.
Siendo todo eso, tampoco dejará de ser local, porque un porcentaje de sus concursantes y participantes pertenecen siempre a la región y a la ciudad de Barranquilla, sede del concurso, por más digital que aparezca. Así lo celebramos hace unos días. Lean el contenido de estos dos libros. En el orden que quieran. Todos los cuentos son ciertos.