El recorrido que logra el director Brett Morgen por la vida y obra del artista multifacético David Bowie es un homenaje a la creatividad en general y a la de este artista en particular. Se trata de un ser que pasó por tantos géneros del arte y por tantas personalidades, que nos lleva a pensar en los alter egos de Fernando Pessoa.

No es casual que el director introduzca la película con imágenes de otro planeta. Y es que Bowie se reinventa de tantas maneras que es difícil describirlo. Su autenticidad ante el cambio fue tal, que no importaba el éxito que hubiese tenido un espectáculo, nunca era suficiente, y siempre estaba sujeto a la transformación.

Es tal vez éste el principio que rige el documental, que, contrario a otras interpretaciones sobre su vida, se centra más en su desarrollo artístico que en su vida personal. Morgen contó con el apoyo de quienes manejan el legado, lo cual le permitió acceso a material de archivo nunca visto anteriormente.

El trabajo investigativo empezó desde 2017, y cubre escritos de gran contenido filosófico, filmaciones de conciertos y viajes realizados por Bowie, sus pinturas y material gráfico que, con un excelente trabajo de edición, logra que el espectador tenga una inmersión total durante las casi 3 horas que dura la película.

La edición musical estuvo en manos de Tony Visconti quien trabajó con el mismo Bowie, y Paul Massey, conocido por su excelente trabajo en el “biopic” Bohemian Rhapsody

Tal vez lo más impactante es la mezcla de hace de sus presentaciones artísticas con las influencias que tuvo como “Nosferatu”, “Un Perro Andaluz” o “La Pasión de Juana de Arco”.

Otra de las influencias que más se mencionan es la de su hermanastro, quien lo introdujo con obras literarias como “En el Camino” de Jack Kerouac y con músicos de relevancia como John Coltraine.

La enfermedad mental con que su hermano fue diagnosticado y su prematura partida tuvieron un impacto muy grande en Bowie, al punto de abogar por la transformación permanente como forma de mantener presencia en el universo.

Esta metamorfosis constante cubría todos los campos, no sólo el musical, sino corporal e intelectual. Se declaró bisexual en una época donde todavía resultaba escandaloso, y podía salir vestido como hombre o mujer. En este sentido su creatividad era infinita.

Tomó elementos de otros credos como el budismo, que conoció en varios de sus viajes. Era un endémico observador de otras culturas, las cuales absorbía con respeto. En una de sus entrevistas menciona cómo “la gente abstrae fragmentos de la vida a su alrededor para crear su propia existencia”.

Si bien el documental no se refiere mucho a sus relaciones personales, se menciona su matrimonio con la modelo y empresaria somalí Iman en 1992, quien estuvo con él hasta su muerte en 2016.

Moonage Daydream estrenó en el pasado Festival de Cannes, seguido por el Festival de San Sebastián donde fue la cinta de clausura. Se presenta en teatros, y merece la experiencia de ser vista en pantalla gigante.