No hay un entrenador en activo más laureado que Pep Guardiola, si tenemos en cuenta que en este momento Jose Mourinho está sin equipo. Pep triunfó en la Liga española con el Barcelona, también en la Bundesliga con el Bayern Munich, y lleva dos años consecutivos conquistando la Premier con el Manchester City, con el que acaba de escribir una página histórica al sumar todos los títulos posibles del fútbol británico en una temporada.
Como en esta vida hay de todo, probablemente haya quien esté restando valor a la campaña del ManCity de Guardiola por no estar en la final de la Champions, donde fue eliminado por el Tottenham en cuartos de final y al que en la Premier le sacó la friolera de 17 puntos. También habrá quien diga que en Alemania no tiene mérito ganar la Bundesliga con el Bayern, que ayer sumó su séptimo título consecutivo. Y que en el Barça, con el que Pep Guardiola logró tres títulos de Liga, dos Champions y dos mundiales de clubes, además de Supercopas de España y de Europa, y Copas del Rey, era muy fácil ganar teniendo a Messi.
Pero donde el triunfo de Pep tiene todo el crédito del mundo y donde adquiere mayor valor su aparición en los banquillos es en el estilo de juego que ha impuesto en sus equipos. En el Barça hay que contemplar que Guardiola aprovechó una generación de futbolistas única que, además, contó con una joya irrepetible como Leo Messi. Al argentino lo acompañaron jugadores de la talla de Carles Puyol, Xavi Hernández y Andrés Iniesta, toda una columna vertebral sobre la que se fundamentaron los éxitos del mejor Barcelona de los últimos tiempos, y también de la selección española.
El principio básico de la marca Guardiola, de ese juego que enamora y tiene éxito, es la posesión del balón, brillantemente razonado sobre la teoría de “si yo tengo la pelota, el rival no me puede hacer daño”. Juego de rondos, presión alta para recuperar el balón lo antes posible, búsqueda de espacios y que el balón ruede a una velocidad que supere al adversario. Bajo ese tiki-taka, Guardiola ha logrado hacerse con un historial como entrenador que ha servido a uno de sus futbolistas del Manchester City (De Bruyne) para lanzar una frase al técnico que ha dado la vuelta al mundo: “Eres un entrenador de mierda; solo sabes ganar”. En realidad, Pep es un técnico entregado a su profesión, que dedica horas a estudiar al rival y que vive el fútbol con una pasión casi enfermiza. No hay otro como él.