Leo un tweet del estimado académico y aficionado al fútbol Alfredo Sabbagh que dice: “La foto de Messi sentado en la grama del Camp Nou pegándose en el escudo de la camiseta mientras festeja el tercero ante el Liverpool, va derechita al Museo. Portada de diario”.
Puede que muchos lectores no hayan seguido ese partido en el que el Barcelona dio un paso de gigante camino de la final de la Champions. Antes del encuentro nadie imaginaba que el resultado sería el de Barça 3-Liverpool 0. Durante el partido, que reunió a la friolera de más de 98.000 aficionados, tampoco nadie podía pensar que el Liverpool tuviera una segunda parte en la que desposeyera del balón al club catalán y jugará todo el tiempo en su terreno, y menos que fuera a perder por marcador tan holgado. Los ingleses han sido los mejores rivales que han tenido los barcelonistas en esta Champions, pero carecieron de algo que hoy solo es exclusivo del Barcelona: Leo Messi.
El crack argentino cada vez resulta más admirado, tanto que nos está llevando a pensar qué será del fútbol cuando cuelgue las botas. Messi es más grande en el Barça. Ahora es capitán, manda en el campo, posiciona a sus compañeros, abronca cuando alguno de ellos elige la jugada que no es, manda a callar al público que acaba de pitar a Coutinho, acude a defender cuando el equipo lo necesita, se pelea con el árbitro, pero lo que hace mejor y desconcierta a sus rivales es que soluciona todos los problemas de su equipo.
El número uno del mundo recibió todos los elogios de la prensa, mientras en el Camp Nou se corea su nombre con ganas cada momento. L’Equipe, diario deportivo francés, tituló: “Diabólico”. El Daily Express: “Puro Genio”. Daily Telegraph: “Maestro”. Diario Olé: “Messi Superstar. Leonnon”. The Guardian: “De otro planeta”. Diario As: “Papá del fútbol”.
La rendición ante un fenómeno único es total. En cualquier parte del mundo Messi merece la ola y los mejores calificativos, y también las portadas. Su tercer gol, ese disparo desde 29 metros, que se coló por el ángulo derecho del portero Allison y que celebró con el alma, fue algo estratosférico. Messi ha marcado muchos goles de falta directa, pero este disparo se sintió en Liverpool y en todo el mundo como las canciones de los Beatles. No solo Sabbagh pidió esa foto para el Museo. También los ingleses Gary Lineker y Rio Ferdinand lo celebraron desde su lugar de transmisión como si nunca hubieran visto algo igual.