El Junior de Luis Fernando Suárez tuvo una bajada de bandera de caballo de carrera en la que sumó 18 puntos en las ocho primeras fechas. Sin embargo, en las últimas ocho jornadas ha tenido el paso de un burro de carga: 10 puntos en 8 partidos. Podría interpretarse en favor del técnico que nada más llegar ordenó a sus jugadores que se metieran entre los ocho aspirantes al título lo antes posible, para luego hacer todos los experimentos con gaseosa que ha ejecutado.
Ese arranque fabuloso hoy es el colchón del entrenador rojiblanco. Es tercero y el único equipo imbatido del fútbol colombiano después de 16 jornadas. Pese a quedar eliminado de la Copa Libertadores parece que los dirigentes del club están echando mano de la experiencia reciente con otros técnicos para no cometer los mismos pecados. Alberto Gamero, por ejemplo, en el 2017 fue liquidado en dos meses y medio: “No me dejaron trabajar”, confesó un día a este diario. Cierto que no tenía el equipazo con el que cuenta Suárez, pero no estaba invicto y tampoco estaba entre los ocho primeros.
La primera experiencia de Alexis Mendoza como técnico de Junior acabó en el 2016 renunciando al equipo con el que sumaba 21 partidos sin perder en casa. En su segunda etapa, en 2018, fue destituido tras 19 partidos. Gamero no llegó a abril, y Mendoza no pasó de este mes.
Con Suárez advierto que hay paciencia y se está poniendo en práctica aquello tan costeño de “cógela suave”. No solo en la directiva sino también en parte de los medios de comunicación, algo sumamente importante para que un técnico trabaje mejor. La presión es buena, pero saber que hay una espada encima de ti en cada partido es una situación no deseable. Lejos de criticar el juego y la falta de victorias del equipo, el juniorista parece conformarse con saber que desde el 2013 Junior no sacaba un punto en casa del Cali, o que por fin en el último partido Suárez hizo jugar a Matías Fernández en su posición. O que hay que aplaudir el compromiso y la actitud de los jugadores, como si eso no fueran valores que se suponen tienen que ser naturales en un profesional.
El caso es que Junior llega al final de la Liga como rey del empate (10), los mismos que tienen a Santa Fe peleando en puestos de descenso. Pero lo más importante es que el proyecto Suárez no acaba de convencer. Ojalá en el sprint final, el Junior de Suárez recupere la velocidad de crucero del comienzo del campeonato. Ya es hora de volver a ganar.