Colombia en general, y Barranquilla en particular, tuvo en la figura de Rafael Cotes un posible ‘recordman’ mundial en la prueba de los 100 metros planos. Fue cuando participó Cotes en una cita mundialista -así no se denominara, pero las cifras hablaban elocuentemente- en un campeonato llevado acabo en la ciudad de Bucaramanga.

Cotes paró los cronómetros en la prueba de los 100 metros planos, en la cual era totalmente invencible en Latinoamérica, ya que puso su cifra en los 10,4, por cierto en una pista llena de caliche, la cual designó ese récord que estaba en aquellos momentos a una décima de segundo de la prueba de 10,3 con la cual ganó Jesse Owens el récord mundial en los Juegos Olímpicos de Berlín.

Nunca más pudo Rafael Cotes repetir esos 10, 4 en ninguna de las tantas pruebas que alcanzó a establecer, muchos admiradores de Cotes por aquellos años pudo haber alcanzado él con tamaña cifra de rapidez.

En una prueba tan fugaz como son los 100 metros planos, todo depende de cómo se largue esa prueba. Para muchos coach de los 100 metros todo depende del instante mismo de arrancar con el pistoletazo. Owens tampoco pudo establecer una marca de 10,3, con la cual ganó en Berlín la prueba de 100 metros planos. Y eso mismo sucedió en las pruebas posteriores para la misma distancia.

Hoy por hoy el récord mundial de los 100 metros planos está en menos de 9,9, demostrándose así que todo depende de cómo se haga la arrancada, si el corredor parte prácticamente con el disparo inicial. Ya se dio el caso de un campeón mundial, descalificado porque perdió en el intento de salir fuera de tiempo, lo que le valió su descalificación definitiva sin competir.

Ahora mismo no tenemos a la mano un promedio con menos de 9,7 sin que se haya hecho posible un nuevo récord mundial. El hombre está llegando en su velocidad humana a cifras imposibles ya de rebajar, cuando hay cifras que prácticamente son inalcanzables.

Es prácticamente imposible disminuir del 9,7 que se cree puede pasar mucho tiempo sin que haya una alteración de este 9,7 que actualmente impera en la máxima velocidad para esta prueba. Los coach luchan por descubrir una velocidad natural en esta prueba de 100 metros planos, que sirva al perfeccionarse para alcanzar ese 9,7 y hasta batirlo por una décima de segundo.