Un tema que amerita una seria reflexión en la Región Caribe: el Pacífico tienen 5 candidatos a la vicepresidencia y el Caribe 0. Esta diferencia implica que la probabilidad de que haya un representante de esa parte del país en las altas esferas del poder político en los próximos cuatro años es muy alta, mientras en nuestra región es nula esa posibilidad. Si Federico Gutierrez, a quien me sigo negando llamar Fico por ser un candidato a la primera magistratura del país, hubiese escogido a alguien del Pacífico, esa región tendría asegurado ese segundo puesto en el alto nivel del poder nacional. La pregunta obvia es ¿por qué, una región tan marginada del desarrollo colombiano logra semejante posicionamiento y el Caribe no? Como lo que nos debe interesar es a que se debe esta situación de nuestra región debemos concentrarnos mejor en esa discusión.

Para empezar, el liderazgo de la Región Caribe se encuentra en la política colombiana. Se supone que aquí estas Casas, para llamarlas amablemente, con inmenso poder político, con todo el dinero del mundo y con unas legiones de seguidores, tienen maquinarias bien controladas y aceitadas. Pero a la hora de la verdad, esos clanes han estado concentrados en sus cabezas y la verdad es que les fue bastante mal en esta primera parte de la campaña presidencial. Ninguno de los dos precandidatos logró ganar, ni Char ni Barguil. En el caso del primero fue evidente que no tiene presencia nacional y que los dos millones de firmas para inscribir su candidatura no se convirtieron en votos, y al segundo su partido le jugó sucio. Es decir, fracasaron dos grandes clanes políticos en dar el salto de la regional a lo nacional.

Pero además, no tienen otros niveles de políticos que mostrar como sí lo ha demostrado el Pacífico. Por ello no hay ningún candidato costeño a la vicepresidencia. Esa ya es una gran falla del liderazgo político porque o son las cabezas o no hay nadie más. Dos explicaciones, o no les interesa realmente conformar fuerzas políticas que representan sus ideales si es que los tienen o no les dan oportunidades a cuadros porque pueden creer que les compiten. Las dos son una mala expresión de cómo se ejerce el poder político en la Región Caribe.

La verdad puede encontrarse mejor en la estructura de los grupos de poder en esta parte del país: grandes cabezas y los demás recogen votos, pero no tienen la posibilidad de crecer, de participar, de contribuir a armar equipos de varios niveles para representar a esta Región en el escenario nacional. Pocos cuadros, dos o tres que ya los tienen en alcaldías y gobernaciones y los rotan en los mismos puestos. Pero una escuela o un conjunto de personas que crecen para llegar al poder nacional parece que no existe. Por las razones que sean la verdad es que para usar un término futbolístico, tan de moda ahora, el Pacifico le metió un soberano gol al Caribe. Que dolor porque demuestra la poca visión de estos señores costeños dueños de la política regional.