De la Sierra Nevada de Santa Marta a Nueva York. Una indígena del pueblo arhuaco. Una abanderada de los derechos humanos que ha entregado su vida a servir a la comunidad que la vio nacer fue designada por el presidente electo Gustavo Petro como embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas. Pero, en un país con gente a la que le cuesta tanto ser inclusiva y respetar la diferencia, el nombramiento de Leonor Zalabata quizás parezca insólito, en tanto que esta mujer no habla inglés, aunque sí el ika, el arhuaco y el español.

El racismo endémico que nunca hemos dejado ir se resume en la pregunta necia de una periodista que esta semana entrevistó a la líder. «¿Usted habla inglés?», un interrogante despectivo en el contexto que lo enmarca. ¿¡Qué importa si una mujer que emergió de una de las cuatro culturas prehispánicas aún presentes en la formación montañosa más elevada del país y que se ha dedicado sin tregua a luchar por la conservación de los recursos naturales y la preservación de su cultura no domina el inglés!?

¿Qué importa eso? Este es el interrogante con el que debería responderse la necedad de todo el que se niegue a aceptar que la cosmogonía y la riqueza de los pueblos indígenas también merecen estar presentes en emblemáticos escenarios como la sede de la ONU en Turtle Bay, New York. Por fortuna, otro periodista que en el momento entrevistaba a Leonor Zalabata tuvo la sensatez de intervenir aconsejándole a la nueva embajadora que cuando le hagan preguntas insulsas como esa responda, simplemente, que «en Naciones Unidas hay traductores». 

Allá se escuchan todas las lenguas, porque la ONU representa a todo el mundo. Leonor Zalabata ha hecho parte del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, así que para ella no será del todo nueva la cercanía con ese organismo. Ha sido comisionada de Derechos Humanos por la Confederación Indígena Tayrona, y representante de la Comisión Nacional de DD. HH. de los Pueblos Indígenas de Colombia. La hoja de vida de esta mujer nacida en Jewrwa en 1954 incluye estudios en Odontología Social, que cursó en la Universidad de Antioquia en la década de los setenta, para luego crear el primer consultorio odontológico de Nabusímake, Pueblo Bello (Cesar).

Las capacidades de Leonor Zalabata Torres son inmensas y están más allá de los idiomas que habla y de los que no. En entrevista con el diario El País (España), cuando le preguntaron sobre qué hará para defender los derechos de preservación y protección de las lenguas indígenas ─que en nuestra nación son 65, según la ONIC─ respondió que «Así como se crean institutos franceses, alemanes e ingleses, ¿por qué no establecer también institutos de lenguas indígenas?». Esa sería una forma contundente de reivindicar a quienes antes de la Constitución de 1991 eran considerados erróneamente como “salvajes”.

Nuestra arhuaca en la ONU dice que Colombia no es un país monocultural, sino pluricultural. Dice que su designación es un llamado a que «no haya exclusión social ni discriminación racial». Porque, como muy sabiamente asegura: «Somos diversos y por eso somos iguales».

@cataredacta