Si todos comprendiéramos los retos ambientales nacionales y mundiales, sería mejor para el planeta y quienes lo habitamos.
En el Gobierno asumimos un compromiso muy importante para el planeta al aumentar, en diciembre de 2020, nuestra Contribución Nacionalmente Determinada (NDC por sus siglas en inglés) y trabajar para alcanzar la meta de reducir el 51 % de nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). ¿Qué es una NDC, de dónde viene y por qué es importante?
En diciembre de 2015, 197 países se reunieron en Francia con un gran reto: cómo solucionar el problema del cambio climático global y evitar que al año 2050 el planeta se caliente a más de 2 ºC, en lo posible no más de 1.5 ºC, con respecto de la temperatura que el planeta tuvo en la era preindustrial, en 1750, cuando se inició la revolución industrial que, aunque fue un gran paso para la humanidad, aumentó las emisiones de GEI. Surgió entonces el Acuerdo de París.
Y surgió, a su vez, como reemplazo del Protocolo de Kioto, que había sido firmado por los países ricos e industrializados, los que, precisamente por eso, eran los responsables de solucionar el problema, reducir sus emisiones y apoyar económicamente a las demás naciones para que se adaptaran.
El tiempo pasó y el problema creció porque todas las acciones del hombre emiten gases a la atmósfera, y nos preguntamos dónde estaban realmente las emisiones; descubrimos que todos teníamos un nivel de responsabilidad en el calentamiento global.
Con la ratificación del Acuerdo en el Congreso asumimos unos compromisos ante los otros países firmantes y el planeta; como esos compromisos deben actualizarse periódicamente, así lo hicimos en diciembre de 2020, cuando, luego de un riguroso trabajo científico y con los diferentes sectores de la economía, el presidente Iván Duque anunció al mundo que reduciríamos el 51 % de nuestras emisiones a 2030. A esa gran meta, y a un conjunto de 196 acciones, objetivos y medidas de mitigación, adaptación e implementación le llamamos NDC. Cada nación se las fija voluntariamente, de ahí su nombre.
El mundo ha dicho de esta meta que es ambiciosa. Si bien solo emitimos el 0,7 % de los GEI del planeta, somos uno de los países que más se afecta por el cambio climático, y con eso la biodiversidad que tanto nos enorgullece.
Pero la lucha no debe parar en 2030. El cambio climático es un problema muy grande como para pensar que se solucionará en una década. Requiere de adaptación mediante el reciclaje y la reutilización de productos y desechos, entre otras estrategias.
El 2030 es un punto importante porque es la fecha de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; por ello, muchas políticas confluyen hacia ese año y esa es la razón de que esta nueva NDC vaya al 2030. También nos fijamos la meta de la carbono-neutralidad a 2050, porque en Colombia estamos pensando a largo plazo y porque creemos que la nueva globalización es la del clima y la sostenibilidad.
* Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.