“¿Qué quieres ser cuando seas grande?” es una pregunta que muchos escuchamos durante nuestra infancia. Entre risas, juegos y tareas, nuestras versiones más pequeñas soñaron con convertirse en médicos, ingenieros, futbolistas y artistas.
Lamentablemente, en un país como Colombia, marcado por la desigualdad, muchos niños, niñas y adolescentes se enfrentan a duras realidades, en las que priman la falta de oportunidades y la negación de derechos.
Dentro de nuestro panorama nacional, el reclutamiento forzado, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes es, quizás, la más aberrante de las conductas que se cometen contra la infancia. Es desgarrador que, en el marco de la guerra y la violencia, se les arrebate a los más pequeños su posibilidad de soñar.
Por ello, como Defensor del Pueblo, he querido lanzar y liderar la campaña ‘Cuando grande quiero ser’, que busca visibilizar las nefastas consecuencias que el reclutamiento tiene para el futuro de niños y niñas, haciendo énfasis en el imperativo colectivo que tenemos de luchar por los sueños de la infancia y, por lo tanto, por el futuro de nuestro país.
El reclutamiento forzado es una de las más graves problemáticas que golpean a nuestro país y debemos luchas para prevenirlo y erradicarlo. El Día de las Manos Rojas es una oportunidad para recordar a los colombianos y colombianas que el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales está vigente y que afecta gravemente sus derechos humanos.
La Defensoría del Pueblo ha conocido, desde marzo pasado, 114 casos de reclutamiento forzado, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes; los departamentos con el mayor número de casos son Caquetá (33), Cauca (18), Antioquia (9), Putumayo (10) y Tolima (8).
Además, a través de nuestro Sistema de Alertas Tempranas, entre 2017 y enero pasado hemos identificado 190 situaciones de riesgo de reclutamiento forzado, uso y utilización de menores de edad. Este año hemos emitido dos alertas tempranas relacionadas con este riesgo en Putumayo y Valle del Cauca.
Son alarmas que deben traducirse en acciones. Quiero hacer especial énfasis en la necesidad de conformar, en los entes territoriales, equipos de acción inmediata y en la necesidad inminente de activar las rutas de prevención y protección por parte de las autoridades competentes. También debemos trabajar para construir ambientes protectores y para eliminar las causas estructurales que ponen a niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad.
En la Defensoría del Pueblo, desde 2020, hemos venido liderando una serie de esfuerzos para visibilizar y prevenir el reclutamiento forzado, incluyendo el lanzamiento de la Estrategia Defensorial contra el Reclutamiento Forzado. Con ella hemos brindado asistencia técnica y capacitación, y realizamos actividades pedagógicas para sensibilizar a las comunidades y autoridades.
Todos y todas debemos unirnos en un solo frente para acabar con el reclutamiento forzado en nuestro país. Es nuestra responsabilidad colectiva asegurarnos que los niños y niñas de Colombia puedan seguir soñando. No olvidemos quiénes queríamos ser cuando grandes: aún podemos contribuir a construir un mejor país para nuestra niñez.
* Defensor del Pueblo