La intensa lucha del gobierno actual con la oposición, por una reforma a la salud, nos ha llevado a todos, incluyéndolos a ellos, a olvidar conceptos fundamentales para poder llegar a un acuerdo que deje satisfechos a por lo menos, la mayoría de los colombianos.

¿Al hacernos las preguntas con quien y con qué, mejorar las perspectivas actuales? La primera basada en las personas, las comunidades que quieren ser saludables, en cualquier lugar del territorio colombiano, en condiciones de igualdad, equidad y solidaridad. El personal sanitario, por ser los actores del cumplimiento de los principios médicos, conocedores de la lucha contra las enfermedades, y todos, aquellos involucrados en la lucha para lograr para cada persona una vida digna. El que es constituido por el Gobierno y la empresa privada, con sus organizaciones o gremios correspondientes. En ninguna ocasión, hasta el momento, sentados, para iniciar una discusión, que parte, desafortunadamente de un presupuesto hasta ahora inalcanzable o impredecible, en medio de cambios climáticos, desastres, epidemias y, la presencia permanente de la guerra, delincuencia, inseguridad, guerrilla, paramilitares, narcotraficantes y otros, con la desgraciada participación de la corrupción. Todas manejadas con grandes personajes de cuello blanco, con actos en los que, no han tenido conciencia ni arrepentimiento. Que se pasean por todas partes en medio de comunidades engañadas e ignorantes de su propio destino.

La justicia, también sumida en medio de una gran cantidad de leyes incumplidas, sin vergüenza por su debilidad, tampoco ha sido definitiva, para que se irrespete la ética y las deprimentes condiciones de una gran parte de nuestra población. La educación, mal dirigida para la solución de problemas, reclaman desde las juventudes que se le ofrezcan mejores oportunidades de trabajo. El campo en manos de negocios de los intermediarios, con una reforma agraria que no camina, en medio de grandes inconformidades.

Mientras tanto, las organizaciones internacionales no son definitivas. en medio de los grandes conflictos bélicos actuales. La Organización mundial de la Salud, se prepara para las nuevas pandemias con base en solicitud mayor de recursos presupuestales, sin un plan claro en qué ejecutar esos recursos.

Cada país tiene que tomar sus propias decisiones, y en nuestro caso, por el contrario, ni siquiera se reconoce a los participantes, o el poder que puede tener, traer los puntos mas importantes a una mesa, que ni siquiera se ha ordenado fabricar.

Los colombianos de a pie, estamos cansados de ver lideres políticos, utilizar la salud como un bastión político. Peleándose, por el plato de lentejas, o aquellos recursos de quienes los necesitan, sin limites ni respeto por los ordenamientos académicos, científicos y mucho menos de los aspectos de respeto a la humanidad.

La situación, no puede ser más urgente, para que, con respeto, a pesar de los tiempos perdidos, en medio de la lucha de partidos, sin evidencia de contenidos, permitan, que se den las soluciones que quieren, las grandes comunidades en medio de grandes polarizaciones. Apagar el fuego con las llamas no será posible, y lo único sería conseguir el entendimiento de principios, sacrificando posiciones radicales, que continuarán haciéndole más daño a la salud que nos merecemos.