El idioma español es hermoso, pero además muy completo en su estructura filológica. Se perfeccionó con los siglos después de iniciar con un castellano clásico que absorbió raíces de media docena de lenguas autóctonas que fueron transitando por la Hispania a través del tiempo. Estudiado por grandes sabios en la ciencia Filológica especialmente en los textos escritos, en el estilo, en sus formas y cambios, desde sus orígenes en la Alejandría del clasicismo oriental sus inicios certificaron los poemas de Homero. Todas estas virtudes y tradiciones confirmadas por la historia lo convirtieron en un idioma riquísimo y bello, de los más completos en el mundo en su esencia lingüística.
Pero en América latina se ha desarrollado una costumbre desde unos veinte años para acá, a nuestro juicio perniciosa: Ya prácticamente no hay noticias escritas, crónicas, relatos, versiones, inclusive cuentos o novelas o investigaciones, en donde no se inserte, cada pocos párrafos, frases, términos, palabras, siglas, adjetivos, sustantivos, que no tengan la expresión en otra lengua, especialmente del inglés. Parece que estuviésemos viviendo en un país bilingüe. Quienes afortunadamente no tenemos problemas con una segunda lengua, el problema podría pasar desapercibido o indiferente ante la proliferación y el desmonte del español que es reemplazado cotidianamente, casi a diario, en todos los frentes por idiomas extranjeros. Que también son hermosos, útiles, universales, prácticos, pero no debemos perder nuestra autenticidad en la expresión nuestra, en la lingüística propia que es precisamente la que enriquece ese español maravilloso que heredamos. Ahora, por otra parte son miles los negocios, las empresas, las firmas comerciales e industriales que escogieron su nombre en otro idioma, dejando con interrogantes al grueso de nuestra población que no habla otra lengua, y que muchísimas veces tiene que preguntar, ¿y esto qué significa? ¿Qué es lo que dice ahí?
La diacrónica es la ciencia que estudia el proceso evolutivo de una lengua, según V. de Saussure el investigador y la Lingüística transformativa es aquella que analiza la transformación de una lengua en otros espacios y caracteres. Hoy día, en Colombia hay material suficiente para estas características científicas que se han adoptado más por "snob", por "la moda", porque suena o se lee más "chic", pero sin tener en cuenta que estamos masacrando y olvidando nuestro idioma. Si un cantante triunfa lo hace con una tonada con nombre extranjero. Si se abre un almacén se le pone nombre extranjero. Si inscribimos una marca comercial le colocamos un letrero extranjero, si leemos una revista, un periódico las siglas nos despistan, los nombres nos desorientan y a veces, es verdad, suenan ridículos. Es como si nos avergonzara que nuestro español anunciara o se expresara y tenemos que esconderlo. Posiblemente sea una exageración lo que comentamos pero es que el desborde de tratar de manejar todo en otro idioma viviendo aquí en Colombia, llegando hasta la exageración, produce la sensación de que tenemos que agarrarnos de otros vínculos mentales ajenos a lo nuestro para llamar la atención, atraer una clientela, lograr mayor "originalidad" en la publicidad o sencillamente para hacer el papel de parecer más importante de lo que somos. ¿Habría por ahí escondidos algunos complejos o son solo payasadas?