No sabemos cuál es la razón por la cual el exalcalde Alex Char no pudo concretar en su magnífica gestión el impulso y la logística para el establecimiento de los baños públicos de la ciudad, tan exageradamente necesarios. Sobre todo teniendo a su lado ese magnífico funcionario que han demostrado con creces su eficiencia en la restauración de los parques como es Alberto Mario Salah. Nos imaginamos que Char quizás tuvo otras prioridades o que el tema de la financiación, manejo o patrocinio, administración, no pudieron ser evacuados con celeridad. Nosotros desde hace cuatro años hemos venido insistiendo en esta problemática, la última vez a finales del 2018 desde esta misma columna, cuando informalmente cambié ideas al respecto con ese caballero preocupado siempre por el bienestar social, entonces en un alto cargo empresarial del cual se retiró para viajar a buscar una maestría en Londres: Antonio Celia Martínez Aparicio. Me contestó con generosidad que le gustaría conocer los planes sobre los baños públicos así como las otras inquietudes nuestras, la nomenclatura en la ciudad, en el centro preferiblemente, con avisos de nombres históricos o referentes, de modo que se pudiese vincular la empresa que presidía a estos proyectos.

En todo caso hoy día es de actualidad imperiosa volver a pensar en las instalaciones de los baños públicos en las plazas, en las playas, en parques, ordenándoles a ciertos sectores públicos y privado, como por ejemplo las oficinas de entes oficiales, las iglesias, los museos, los bancos, parques, a imitación de los centros comerciales, en menor proporción por supuesto, instalen este servicio tan urgente para la ciudadanía especialmente para niños, adultos mayores y personas mendicantes que asumen como lugares de aseo toda clase de arbustos o jardines sin asco.

Sin ánimo de entrometernos en el criterio del alcalde Pumarejo pensamos, en privado, que los sanitarios públicos podrían manejarse por nómina con sus funcionarios correspondientes por turnos, o entregados en concesión o arrendamiento, o por simple contrato de explotación de terceros si no quisiera el Distrito hacerse cargo de otras actividades adicionales. En todo caso es urgente el caso y la ciudadanía lo pide a gritos. A diario conocemos de casos en donde las urgencias fisiológicas no esperan a pedir permiso y por consiguiente se utilizan los recovecos más disimuladamente a la mano. Ya Bogotá y Bucaramanga implementaron estos servicios con éxito y conocemos que ciudades intermedia como Armenia y Envigado dieron el paso adelante en este sentido. Montería con su hermoso paseo peatonal bordeando del río tiene el servicio desde hace varios años.

Se nos dirá con razón que en estos tiempos de pandemia no hay más pensamiento que para controlar el avance del virus en todas sus etapas y características. Tienen razón los que así responden porque es la prioridad básica. Pero pensamos al mismo tiempo que la reactivación viene porque viene con o sin pandemia pues el mundo no se va a detener y precisamente los sitios susceptibles de tener sanitarios públicos o para el público, son los que más demanda tienen de asistencia para la gente que empieza a buscar la normalidad de sus interacciones sociales. Nuestra sugerencia que es la de muchos, es constructiva y no encierran crítica alguna.