Ibai Llanos Garatea es el nombre completo del joven bilbaíno que se ha convertido en figura mundial gracias a sus directos en la plataforma Twitch, particularmente los realizados en los últimos días con Lionel Messi y Gerard Piqué. Por sus millones de seguidores y vistas, algunos periodistas se han pronunciado con algo de sorna sobre si estos casos confirman el decaimiento del periodismo “serio” por uno más ligero, ejercido por gomosos de la tecnología sin mayor preparación.
Nada más alejado de la realidad. En primer lugar, Ibai Llanos empezó como locutor de deportes en línea cuando apenas tenía 19 años. Luego fue conductor de magazines, y supo aprovechar la pandemia con el consecuente encierro para aumentar geométricamente su llegada a un segmento de jóvenes ávidos por los videojuegos. Allí empezó a relacionarse con futbolistas como Sergio “Kun” Agüero, y luego con muchos más gracias a un formato de entrevistas distendidas. En resumen, Ibai no es un aparecido en los medios digitales y los millones de seguidores que tiene no pueden subestimarse. Puede gustar más o menos su estilo, pero menospreciar lo que hace no tiene justificación.
El cimbronazo que representó para el fútbol la salida de Messi del Barcelona y su posterior contratación por el PSG se convirtió para Ibai en una oportunidad dorada gracias, y este es un dato fundamental, a su citada amistad con Agüero. Como bien lo cuenta de manera amena el mismo Ibai, de pronto se encontró cenando en casa de los Messi Roccuzzo y un par de días después invitado especial del mismo Leo a su presentación en París. El rostro aún incrédulo de Ibai mientras interactuaba con Messi en el directo desde el Parque de los Príncipes junto con el desparpajo de la entrevista la convirtieron en tendencia mundial; y de allí las nombradas quejas de algunos periodistas que se rehúsan a entender que el monopolio del acceso a la tecnología que hace posible el flujo de información desapareció, que las audiencias ahora son protagonistas directas de lo que consumen, que la desagradable cercanía entre medios y poder terminó por cansar a esas mismas audiencias, y que los discursos hegemónicos son cosa igualmente del pasado.
Ahora bien, nada de eso hace de Ibai un periodista. Como bien lo dice, no lo es. Creer que el periodismo se suscribe a tener seguidores o a la posibilidad de entrevistar a una figura es olvidarse del rigor y la metodología que implica investigar, comparar datos, acceder a distintas fuentes y mantener con ellas una respetuosa distancia, conocer los códigos de los distintos formatos, manejar con soltura las normas gramaticales y ortográficas, entre otras cosas; todo con la profunda convicción de ser éticamente responsable con la audiencia.
Lo de Ibai no es competencia. Es un necesario complemento y a la vez un llamado de atención. O lo entendemos o salimos del aire. Así de sencillo.
Pd: Gracias mil al colega Jean Pierre Mandonnet por la generosa conversación que motivó estas líneas.
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@alfredosabbagh