En días pasados volvió a ser noticia el “Caso Bieri” en RTVC debido a la intención manifestada por la Fiscalía de imputar cargos a la periodista Diana Díaz por supuestamente haber filtrado información reservada. Recordemos que el caso hace referencia a la decisión que en 2018 tomó Juan Pablo Bieri, a la sazón director de RTVC, de suspender las emisiones del programa “Los puros criollos” porque Santiago Rivas, su presentador, se había pronunciado en redes en contra del presidente Duque. La conversación altisonante que tuvo con sus subordinados fue dada a conocer por Díaz, directora entonces de Señal Colombia. El escándalo posterior derivó en la salida del citado señor Bieri de RTVC; poco después reencauchado como asesor de Presidencia. Lo particular del caso es que se demande a la funcionaria que denunció el irregular y manifiesto acto de censura, mientras que el censurador sigue orondamente devengando del erario.

Este caso aún sin final es ejemplo de lo que puede pasar, y efectivamente pasa, cuando los medios públicos pierden su condición de tales y pasan a convertirse en medios gobiernistas. La importancia de lo público radica precisamente en que trasciende de la coyuntura de quien ocupe temporalmente el poder para pertenecer a la ciudadanía en su variopinto y colorido esplendor, donde su única preocupación sea brindar, ya hablando de los medios, contenidos socialmente pertinentes y relevantes, con modelos de producción y medición acordes con su función social.

Cuando eso se olvida, como muchas veces pasa, los medios se convierten en parlantes institucionales al servicio del ego del poderoso de turno; o igual de peor, al vaivén de la voracidad politiquera que se reparte cargos y premia amiguismos antes que siquiera hacer el esfuerzo por entender las enormes posibilidades de creación de tejido social que los medios públicos pueden permitir.

Como lo hemos dicho tantas otras veces, es Telecaribe el medio idóneo, quizá el único que nos queda, para construir tejido social en la región. Sus juntas directivas, ayer y hoy, no lo quieren entender así. Los gobernadores a veces aparecen para tomarse una foto el primer día y luego mandan a asesores a preguntar por presupuestos y puestos antes que por programación y proyectos. Y lo de este año ha sido la tapa de la olla: Se fue el 2020 y no fueron capaces, por lo menos hasta ahora, de resolver el asunto de la gerencia vacante. Ya a estas alturas esa selección está tan manoseada que quien quiera que llegue lo hará con un tremendo yunque en la espalda. Bueno, si es que la Junta se le ocurre por fin tomar una decisión.

Y luego, ojalá se preocupen de verdad por el medio del que son socios (¿Están al día con la cuota de sostenimiento de este año?), por programación, por archivo, por planes a largo plazo, por fidelización de audiencia, por sinergias con las secretarías de cultura y educación; entre otras cosas.

Ya está bueno, miembros de la Junta. Cumplan con su trabajo.

asf1904@yahoo.com

@alfredosabbagh