Es fascinante ver lo que sucedió en el 2020 con el agro colombiano y puedo afirmar que esto ocurrió también con el sector agroalimentario a nivel mundial, la sacamos del estadio, fuimos los que crecimos, los que impulsamos la economía colombiana, los mayores generadores de empleo. El crecimiento fue del 2,8% anual, el último trimestre fue del 3.4%, en medio de la contracción general del 6,9%, el nivel más bajo de la historia del país, no paramos de sembrar y cosechar para abastecer a los colombianos y exportar alimentos al mundo.
La colocación de créditos llegó a $21 billones de pesos y eso sin contar las cifras de microfinanzas, se despertó la necesidad de emprender en el campo tanto con la proveeduría de materias primas y servicios, como con la importación de semillas y transformación de productos, abriendo un apetito inversionista que nos pone en la mira; definitivamente es real e imperiosa la necesidad de aumentar el área sembrada con condiciones de sostenibilidad y competitividad, cumpliéndole al mundo con una producción de alimentos amigable con el medio ambiente.
Sin embargo, no paro de imaginarme lo que podríamos llegar a crecer si tenemos a más mujeres formando parte de esta apuesta tan impactante; como se ha evidenciado, las cifras cambian y la aguja se mueve de manera acelerada cuando las sillas de las juntas directivas de las empresas incluyen mujeres, ya sea para liderar las compañías o para conformar las juntas directivas de las empresas.
Hoy las sillas del agro no son ocupadas por mujeres, por ejemplo de 53 gremios del sector agropecuario, solo 9 son liderados por mujeres y de las juntas directivas de esos gremios, haciendo un barrido solo 14 cuenta con una o dos mujeres. Del total de 13 instituciones que conforman el agro 5 son lideradas por mujeres y las juntas directivas de esas entidades públicas solo 5 tienen mujeres en sus juntas que no son mayoría.
Es claro que los resultados hablan por sí solos, los hombres lo han hecho muy bien, estoy segura que sí. Sin embargo, si se incluyen a más mujeres en las sillas del agro, las cifras crecerían aún más. ¿Qué tal si le cedemos más espacios a las mujeres en el agro?
Yo llevo mi vida entera en el agro, puedo afirmar que soy una de las mujeres líderes del agro en Colombia, y quiero que seamos más las que ocupemos las sillas del campo colombiano, para lograr mejores indicadores de empoderamiento de la mujer rural, mayor inclusión financiera, mayor sostenibilidad, mejores controles de gobernanza; apostémosle a la inclusión y veremos un crecimiento mayor al que estamos viendo.
Bienvenidas todas las mujeres competentes a formar parte del sector agropecuario del país, este es el momento en el que se eligen nuevas juntas directivas y las mujeres pueden tener un asiento en ellas, contamos con perfiles llenos de experiencia en todas las disciplinas, así que invito a las empresas agroalimentarias en toda su cadena, a las 13 entidades públicas y lo mismo a todos los gremios del sector agropecuario a que postulen mujeres en sus juntas y en los cargos de dirección para que tengamos las sillas que el agro necesita.
Presidenta de la Corporación Colombia Internacional CCI
Miembro de Women in Connection y capitana del Comité Mujer Rural WIC.