La vida sexual en una relación de pareja no solo es una expresión física del amor, sino también un reflejo del vínculo emocional, la comunicación y la confianza mutua. Sin embargo, es común que, con el paso del tiempo, la rutina, el estrés y las responsabilidades afecten el deseo, la intimidad y la frecuencia de las relaciones sexuales.
Desde la psicología es posible fortalecer esta dimensión con acciones concretas. Aquí les comparto recomendaciones clave para revitalizar la vida sexual en la pareja:
-Hablen abiertamente sobre su sexualidad; la base de una vida sexual satisfactoria es la comunicación. Hablen sin tabúes sobre lo que les gusta, lo que no, sus fantasías, temores y necesidades. Cuanto más clara y honesta sea la conversación, mayor será la conexión y la complicidad sexual. La pareja que se comunica bien, también se entiende mejor en la cama.
-Cultiven la intimidad fuera de la cama: la vida sexual no empieza en el dormitorio, sino en el día a día. Caricias, abrazos, besos, miradas y palabras afectuosas generan cercanía emocional, lo cual alimenta el deseo. La intimidad emocional y la seguridad afectiva son claves para que el cuerpo responda con deseo y apertura.
-Varíen la rutina sexual: la repetición puede hacer que el sexo se vuelva predecible y monótono. Cambiar el lugar, la hora, la postura, o incluir juegos previos más largos puede renovar el interés y aumentar la excitación. No se trata de “innovar por innovar”, sino de mantener viva la curiosidad y la exploración mutua.
-Reserven tiempo para el encuentro sexual: en medio de agendas ocupadas, muchas parejas dejan el sexo para “cuando sobre tiempo”. La realidad es que, si no se agenda intencionalmente, es probable que no ocurra. Planificar el encuentro íntimo no lo hace menos espontáneo; al contrario, anticiparlo puede generar expectativa positiva y emoción.
-Cuiden la salud física y mental: la sexualidad está profundamente vinculada al bienestar físico y psicológico. Problemas como el estrés, la depresión, el consumo de sustancias o enfermedades crónicas pueden afectar el deseo y la respuesta sexual. Dormir bien, alimentarse adecuadamente, hacer ejercicio y buscar apoyo terapéutico si es necesario, beneficia también la vida sexual.
-Eviten el sexo como obligación o deber conyugal: el deseo no nace del deber, sino del vínculo, del placer y del consentimiento. Tener relaciones sexuales “por compromiso” puede generar frustración, desconexión o resentimiento. Es preferible postergar un encuentro si no hay disposición emocional, que forzar una intimidad sin ganas.
- Utilicen el erotismo como recurso terapéutico: el erotismo no se reduce al acto sexual: incluye miradas, mensajes sensuales, roces sutiles, palabras sugerentes, música, aromas y juegos.
@drjosegonzalez