Barranquilla disfruta por estos días ser sede del Foro de Desarrollo Local de la OCDE 2025, hecho no menor y para nada casual. Es la primera vez que este evento se realiza en Latinoamérica, y su llegada a la capital del Atlántico es el resultado de un proceso sostenido de transformación urbana, innovación social y desarrollo económico que hoy posiciona a la ciudad como una referencia internacional en prácticas locales exitosas.

En los últimos años, la ciudad ha demostrado que la articulación entre lo público y lo privado puede generar resultados concretos: la recuperación del espacio público con el Malecón del Río o Puerto Mocho, la creación de sociedades de economía mixta que involucran la eficiencia del sector privado con un propósito de interés público, el impulso a la economía juvenil a través de programas de formación, subsidios de vivienda y macroproyectos como Villas de San Pablo, son prueba de una ciudad que se construye con visión, equidad y compromiso.

Recibir este foro internacional le da a Barranquilla una plataforma de proyección única. La OCDE no es solo un organismo multilateral; es un espacio donde convergen los tomadores de decisiones, los diseñadores de política, los investigadores y los emprendedores más innovadores del mundo. Es una oportunidad de mostrar nuestros logros, pero también de escuchar, aprender e inspirarnos con experiencias de otros territorios.

Este evento nos permite destacar también otros activos que hoy enriquecen la narrativa de ciudad: el desarrollo de contenido formativo para emprendedores, plataformas como credi - chévere para el financiamiento del comercio, iniciativas de participación ciudadana para embellecer y recuperar espacios críticos, y el aprovechamiento económico del espacio público con impacto positivo en el empleo y el turismo.

La presencia de figuras como Andrés Rodríguez-Pose o Xavier Sala-i-Martin por nombrar algunos, no es solo un lujo intelectual, sino una señal del nivel de la conversación que hemos tenido. Ser sede de este foro es tener el mundo en casa. Es hacer visible lo que somos capaces de hacer cuando se suma talento, visión, participación ciudadana y confianza institucional.

Ahora, el reto es capitalizar esta vitrina. La ciudad debe proyectar una imagen global coherente con los avances locales. Debe enamorar con resultados, pero también con ideas. Porque cuando Barranquilla le habla al mundo, también se escucha a sí misma y reafirma su vocación de liderar desde lo local, con impacto global.

*Directora ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla