Resulta muy doloroso referirse a un tema inocultable en la ciudad que tiene que ver con los altísimos niveles de violencia que se registran a diario como consecuencia de la cantidad de muertes por arma de fuego, que ya no son hechos esporádicos sino una frecuencia estadística que asusta.

La ciudad que antaño fue reconocida como “el mejor vividero del mundo”, hoy ha sido rebautizada como “el peor moridero del mundo”, debido a la aterradora estadística de muertes violentas en cualquier escenario en los cuatro puntos cardinales. No hay un solo sitio en el que uno pueda decir que no hay o no habrá estas situaciones.

Se trata de un fenómeno multicausal que requerirá el análisis de las autoridades civiles, policivas y militares para intentar abordar algo que se salió de las manos y que en algún momento tendremos que sentarnos a dialogar para buscar salidas sanas a dicho fenómeno.

No puede uno sustraerse y tratar de negar la realidad cuando las noticias sobre muertes con armas de fuego están en los noticieros, en los videos que recibimos a diario, en los comentarios en la calle y hasta en el consultorio.

Esa es la razón por la que algunos le cambiaron el nombre de Barranquilla por ‘Balanquilla’ y a uno de sus municipios, Malambo, por Balambo, para dejar claro que estamos en medio de un tiroteo que no cesa y del cual nadie está exento. Me refiero a que podemos ser víctimas de un atraco con arma de fuego que puede terminar de la peor manera; o testigos de ocasión en un sitio público de esparcimiento del tipo bar, estadero, billar, o en la terraza de nuestras propias casas o del vecino.

Lo que se ve como aterrador y que muestra los verdaderos niveles de la presencia de armas de fuego en la ciudad son videos en los que aparecen personas con vestidos de camuflaje leyendo un discurso en el que se atribuyen los asesinatos de determinados individuos a los que señalan como sus enemigos y una lista de los que van a eliminar. Y su armamento que no son armas hechas en casa sino fusiles o metralletas de alto alcance que demuestran que se trata de organizaciones estructuradas que van a cumplir con su misión de exterminio. Una foto reciente en el periódico mostró un arsenal que parece corresponder a un ejército que va para la guerra.

Como ciudadanos nos sentimos impotentes ante esta demostración de poderío militar y no podemos hacer otra cosa que ser cuidadosos en extremo para evitar ser víctimas ocasionales de una situación de atraco o de una bala perdida que siempre golpea a quien no tiene nada que ver con el tiroteo que se presentó de repente y no hubo tiempo de reaccionar para escapar.

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