Para Colombia en 2026, no lo dudo, pero también para su ganadería. Viajé a Arabia Saudita, en donde avicultores, porcicultores y ganaderos hicimos frente común para ofrecerle proteína animal al mercado mundial, y regresé con una pregunta: ¿Por qué otros sí…, y nosotros no?

En 2004 el mundo produjo 63,1 millones de toneladas de carne, y 77,2 millones en 2024, con aumento del 22,3%; y la población pasó de 6.493 a 8.090 millones de personas, con un aumento similar del 24,5%.

Se podría decir que nada cambió, pero sí que lo hizo el comercio internacional que ¡creció un 100%! entre 2004 y 2024, al pasar de 6,1 a 12,1 millones de toneladas, lo que en gran parte se explica por el mayor consumo en Oriente, principalmente en China, país que, en 2021, acabó con la pobreza extrema y había sacado de la monetaria a 800 millones de personas; a lo que se suma Oriente Medio, que no come cerdo y presenta una demanda creciente de carne bovina.

Comparar es importante para medir las oportunidades. Estados Unidos, con un hato de 87,2 millones de cabezas, produjo 11,9 millones de toneladas de carne en 2024, y aunque es también importador, exportó 1,29 millones de toneladas. China, con 95 millones de cabezas, produjo solo 7,7 millones de toneladas e importa más de 3 millones de toneladas al año. ¡Ahí están las oportunidades!

Australia, con un hato similar al nuestro, de 29,2 millones de cabezas, produjo 2 millones de toneladas de carne en 2024 y es gran exportador, mientras nosotros apenas ajustamos 750 mil. Ahí es donde están las respuestas al porqué otros sí y nosotros no. ¡Ahí están los retos!

Sin embargo, además de las carencias en seguridad e infraestructura, son retos de competitividad que los ganaderos no podemos asumir sin el Estado. Necesitamos una estrategia diplomática para validar ante Estados Unidos y la Unión Europea el enorme esfuerzo para erradicar la fiebre aftosa y lograr acceso a esos mercados. Necesitamos trazabilidad, con realismo y progresividad, pero efectiva, para lo cual es necesario fortalecer al ICA, como quedó claro en reciente debate en la Comisión V del Senado.

Necesitamos apoyo a una realidad productiva en la cual, paradójicamente, Colombia es actor importante en el mundo: La ganadería sostenible. Con Sistemas Silvopastoriles Intensivos doblaríamos el hato, de 30 a 60 millones de cabezas, en la misma tierra y con una ganadería carbono neutral y hasta positiva en captura de carbono.

Ahora las metas. Otro factor de éxito es pensar en grande. ¿Por qué no alcanzar a Australia en 10 años? Producir 2 millones de toneladas y exportar un millón. (¡5 mil millones de dólares!) a un mundo que, a pesar de modas y falsas narrativas, “no come cuento…, come carne”.

@jflafaurie