Hable con Fisher o pregúntele a Karpov sobre la Inteligencia Artificial en el ajedrez. Inicialmente le dirán que no podrán vencer nunca a un gran Maestro, pero luego bajarán la mirada y afirmarán que definitivamente es la gran herramienta para aprender y jugar ajedrez. Esta venció a Kasparov (1996, Deep Blue). Este invento introdujo las grandes lecciones en la partida y revoluciono la educación de este juego: la transformación del deporte de estrategias. En estos motores, la introducción de psicología conductista, donde se entregan recompensas y se desecha lo negativo es su esencia.

La inteligencia artificial (IA) es la simulación de la inteligencia humana por parte de máquinas. Sus sistemas pueden aprender, analizar la información y tomar decisiones. Impresiona su precisión y velocidad. Hoy podemos afirmar que están disponibles los tableros inteligentes y electrónicos. No hay duda: son compañeros y adversarios valiosos. Un motor de ajedrez es simplemente un sofisticado sistema informático que juega y analiza movimientos. Los motores retan a los jugadores para que piensen en forma crítica y analizan con precisión las posiciones. Los jugadores introducen sus partidas en los motores y allí identifican tres situaciones: errores, oportunidades no aprovechadas y áreas de mejoría. Les estimula la creatividad. Comprenden mejor los conceptos estratégicos y sugieren jugadas óptimas. La IA ha cambiado la forma en que los ajedrecistas inician el juego analizando millones apertura y le han enseñado iniciaciones novedosas para empezar los partidos. Enseñan para el medio juego y para el final, los lleva a aprovechar las ventajas estratégicas.

El nacimiento de los motores de ajedrez tiene 70 años, pero la era pre informática hay que recordarla. El turco mecánico apareció en 1770 hasta 1854 y fue destruido en un incendio. En el Siglo XX aparece el Ajedrecista y fue la primera máquina en jugar ajedrez. Se le considera el primer motor de ajedrez. A finales de la Segunda Guerra Mundial se crea el ajedrez por computadora y llegamos a 1957 cuando Bernstein crea el primer motor automatizado.

Saltamos hasta 1988 cuando un motor vence a un Gran Maestro; la derrota de Bent Larsen marca el inicio de la época. IBM en 1995 presenta el nuevo motor y un año más tarde, mejorando sus condiciones, derrota al maestro Kasparov: esta fue la presentación en público de la informática en ajedrez. Aparece años más tarde Alphazero, redes neuronales en acción, en donde el motor podía aprender ajedrez.

Siguen creciendo los motores de ajedrez y llega Stockfish, motor gratuito de redes disponibles para varias plataformas y móviles.

Uno de los conceptos más importante en IA es asignar un valor a cada pieza. La sumatoria de estos números nos indican cual es la posición del jugador. Otros son el control del centro del tablero, la movilidad inicial de las piezas y la protección del rey. Hay además un algoritmo de búsqueda y una función de evaluación. Con los motores de evaluación la jugada final es producto de análisis, reflexión y resolución.

Los motores de ajedrez tienen dos funciones básicas: una de búsqueda y la otra de evaluación.

El ajedrez con sus motores y las plataformas que los dirigen ha cambiado y quizá podamos decir que se ha madurado. Es un juego de estrategias. Surge entonces la pregunta: somos capaces de vencer un motor de ajedrez. Estos son rápidos, integrales y muy inteligentes. En los últimos 15 años ningún jugador o gran maestro ha vencido alguno. Nos sirven para enseñar, afinar y utilizar el dirigir las jugadas. Son grandes docentes. Son tan fuertes los motores de ajedrez que algunos ya utilizan el cerebro permanente: calculan durante el turno del oponente.

Tenemos que entender y aceptar los motores como herramientas insustituibles para avanzar en el juego del ajedrez. No ha terminado su desarrollo y su futuro está caminando. Versiones para detectar trampas existen y abren los ojos del jugador durante los encuentros. Las plataformas de aprendizaje mediante la IA ayudan a los estudiantes a convertirse en críticos pensadores. Se considera que mañana nos acercaremos a imitar la creatividad, la imaginación y la intuición humana.

Diptongo: “aprender jugando”, estándar de la excelente pedagogía.

@Rembertoburgose