En Barranquilla, cuando jóvenes, al contestar sobre si habíamos obtenido un logro o un beneficio de algo, era muy común decirles a los amigos: ‘A ñoñi’ o ‘¿lo peludias?’… Beto Cross, Los Ángeles

Hasta hace unas décadas, la expresión ‘¡añoñi!’ fue muy popular en la Costa. Es una sola palabra, pero hay quienes escriben ‘¡a ñoñi!’ y hasta ‘¡ah ñoñi!’, como es el caso de José David Villalobos, autor del abarcador diccionario de localismos titulado Barranquillerismos. En sus columnas de prensa, del vocablo se han ocupado eruditos de nuestra ciudad, como Alfredo de la Espriella y Antonio Celia Cozzarelli, quizá el cordobés Juan Gossaín y quién sabe cuántos más personajes de la escritura. Como debe de recordar el lector, ‘¡añoñi’ sirve para ratificar una decisión tomada de antemano, aunque quien pregunte conozca o sospeche cuál es tal decisión: “¿Vas a ir al estadio el domingo?”. “¡Añoñi!”. Es decir, el término es, simplemente, una confirmación. En cuanto a la locución “¿lo peludias?”, desconozco por completo todo sobre ella.

¿Cómo se relacionan las palabras ‘verguero’ y ‘verga’? Ancízar José Guerra Solís, B/quilla

‘Verguero’ es palabra malsonante y ‘verga’ lo es aún más. La primera deriva de la segunda y del sufijo -ero, y puede aludir a una pelotera tumultuosa en un estadio o a las disputas altisonantes de asistentes a una reunión y, en uno y otro caso, a los daños y el desorden sobrevinientes. También ‘verguero’ puede ser el revoltijo en una habitación o en una sala, pero, asimismo, un montón de frutas dispersas en un lote después de haber sido vergueadas o desgajadas con la ‘verga’, término que está en el diccionario y una de cuyas acepciones se refiere a un palo largo y liviano para tumbar frutas ubicadas a gran altura. ‘Verga’ proviene del latín virga ‘vara, palo, látigo’, y dio en español el verbo ‘verguear’, que también está en el diccionario y significa “varear o golpear con ‘verga’ o vara”, trátese de un árbol frutal, un rebaño de ganado o cualquier otra cosa. Volviendo a ‘verguero’, hoy tiene alcances o asociaciones abundantes y figuradas, como confusión, problema, lío, barullo, disturbio, riña…

Nota: A propósito de mi comentario de hace quince días, cuando dije que en Cien años de soledad el dictador Arcadio es bisnieto de Úrsula Iguarán, con toda la razón don Guillermo Cervantes Acosta me precisa lo siguiente: “Una muy pequeña aclaración: Arcadio Buendía en realidad no es bisnieto sino nieto de Úrsula Iguarán, ya que es hijo de Pilar Ternera y de José Arcadio, el hijo mayor de Úrsula y José Arcadio Buendía”.

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