Una de las negativas realidades de nuestra ciudad es que no contamos con los espacios dedicados a la cultura que amerita una urbe como Barranquilla, y sin pretender aparecer como un experto en la materia procuraré transmitir, analizando en cada caso, lo que a simple vista se aprecia sobre este muy importante campo para cualquier sociedad.
Comienzo por el más incomprensible por lo menos para mí cuando hago una comparación entre el teatro Amira de la Rosa y el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, MAMB. El teatro cerrado durante 9 años, se dilató su solución por un muy demorado trámite para cederlo al Banco de la República por parte de la Sociedad de Mejoras Públicas, una entidad que desde hace décadas ni truena ni suena y que puso palos en la rueda ocasionando una injustificada demora. Pero ya superado ese impasse y con los planos aprobados por el Ministerio de Cultura en mayo del 2024, no es comprensible el exageradísimo plazo para su remodelación y entrega definitiva programada para mediados del 2028. A propósito, ya es hora que se rediseñe urbanísticamente toda la manzana en la que se encuentran el Amira y el nuevo coliseo, porque hoy esta es una verdadera colcha de retazos en la que la edificación de la Sociedad de Mejoras Públicas está sobrando, y ojalá se disponga de suficiente parqueo.
La misma causa del teatro demoró el reinicio de las paralizadas obras en el MAMB, hasta que ese predio fue donado recientemente al Distrito. Pero contrasta el dilatado plazo para terminar el teatro con el manifestado por nuestro alcalde Alex Char para terminar las obras del MAMB, edificación monumental que él anunció estaría terminada a finales de este 2025. ¡Estamos hablando de tres años y medio de diferencia! Considero que debemos ejercer presión para disminuir ese plazo del teatro.
Sobre el Museo del Caribe honestamente no sé qué decir porque se trata de una situación tan lamentable que se sale de mi capacidad de comprensión. Sabemos que al no ser una propiedad del Distrito o del Departamento, estos no han podido invertir en su sostenimiento, como tampoco podrán hacerlo para su restauración y operación. ¿Entonces? Si la única manera de invertir lo necesario para que vuelva a ser el bellísimo y moderno museo que fue, es que ese inmueble sea propiedad pública, ¿Qué está esperando el propietario privado para su donación? Esa gran área en la que se encuentran ambas edificaciones, conocida como Plaza Caribe, podría ser junto con la Aduana el epicentro cultural que Barranquilla tanto requiere, espero que con un gran área de parqueo porque esa es una falencia que se repite en nuestros proyectos públicos. A Bellas Artes, casi listo para su reapertura, solo espero que le hayan diseñado una iluminación de fachada espectacular, como se la merece.
@nicorenowitzky