La relación comercial entre la región Caribe y Estados Unidos ha sido, a lo largo de los años, un pilar fundamental para el desarrollo económico de Colombia. Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales del país, y la cercanía geográfica de la región Caribe, la convierte en un actor crucial en este intercambio.

Durante enero de 2023 y noviembre de 2024, la región Caribe exportó 24.698 millones de dólares, de los cuales el 15,1% tuvo como destino Estados Unidos. En el departamento del Atlántico, el 42% de las exportaciones se dirigieron a este mercado, destacando productos como las puertas y ventanas de aluminio, que representaron el 66% de las ventas hacia EE. UU.

Sin embargo, la relación con Estados Unidos no solo se limita a las exportaciones. También se extiende al turismo y las importaciones. En 2023, según cifras de Cotelco, más de 500.000 turistas estadounidenses visitaron Colombia, muchos de ellos arribando a destinos como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Este flujo turístico genera un impacto positivo en sectores como el comercio y turismo, de gran relevancia en el desarrollo económico regional. De hecho, para el caso específico de Barranquilla, en los últimos tres años, 6 de cada 10 pasajeros internacionales que salen del Aeropuerto Ernesto Cortissoz tienen como destino el país norteamericano.

Además, la región Caribe está bien posicionada para beneficiarse del nearshoring, que implica la relocalización de las cadenas de valor de las empresas estadounidenses a mercados cercanos. La proximidad geográfica y la capacidad portuaria de la región la convierten en un destino estratégico, lo que podría atraer inversión en manufactura, tecnología y logística. Esto podría abrir oportunidades para el Departamento del Atlántico, con la posibilidad de consolidarse como un hub de producción y exportación, fortaleciendo su infraestructura y mejorando la competitividad regional.

Finalmente, si bien la relación con Estados Unidos sigue siendo relevante para el crecimiento de la región Caribe y el departamento del Atlántico, es importante reflexionar sobre la necesidad de diversificar las exportaciones ante la coyuntura política actual de ambos países. Las oportunidades del mercado estadounidense son innegables, pero apostar por la diversificación será fundamental para asegurar una economía regional más resiliente. Buscar nuevos mercados y productos será una estrategia clave en el contexto global cambiante, y una vía para no depender exclusivamente de un solo socio comercial, fortaleciendo así la economía y generando mayores oportunidades para todos sus habitantes.

*Directora Ejecutiva de Fundesarrollo