Las proyecciones del 2025, los avances, los triunfos, derrotas, desastres, pérdidas y ganancias, nos dejaron triunfos, tristezas y alegrías. Debemos partir de la situación internacional a la nuestra, y las perdidas han sido más, cuando incluimos, las guerras y los grandes cambios de la naturaleza, que como cosa rara nos mantienen metidos en agua y otros cambios climáticos, que nadie puede cambiar, pero, al menos prevenir sus efectos secundarios.
Aunque la primera participación en Colombia es el de las comunidades esta es esencialmente insuficiente, irregular, variable, e interpretada al amaño de quienes las utilizan. El componente socioeconómico, la clasificación por estratos, el nivel de educación, de estados nutricionales, las oportunidades de empleo, vivienda, servicios públicos, muestran una gran inequidad. Corregir la desproporción en las oportunidades para, al menos, tener mínimas condiciones o estándares de vida, es imperiosa. Por eso, todos debemos participar sin distingos de raza, género y condiciones socioeconómicas, cada uno de acuerdo con sus posibilidades.
El Estado es responsable de la salud de los pueblos, de la seguridad, de la vivienda, de los servicios públicos, de la educación, de la justicia, de la recreación y del control de desastres. El Estado somos todos, el gobierno es el que direcciona, y debe tomar las decisiones de manejo más adecuadas, respetando las leyes y la Constitución, en donde cada poder puede cometer violaciones, irrespetando la forma coherente de toma de decisiones, responsables, en consonancia con las situaciones y condicionamientos actuales.
En la actualidad, el gobierno, enfrenta un cambio, con el estremecimiento de las estructuras políticas, sociales, sindicales, gremiales, educativas, sanitarias, y especialmente en los años recientes, vivimos un maltrato imperdonable a las mujeres, a los niños y a los ancianos. La criminalidad está desbordada, la justicia y las cárceles son insuficientes y, están en mal estado. Los accidentes de tránsito aumentaron, los indígenas en reclamos permanentes, los nacimientos de niños, disminuyeron.
Posibilidades de nuevas y viejas enfermedades en crecimiento, EPS cerradas, quebradas e intervenidas. IPS, hospitales y consultorios, con grandes deudas, trabajando con restricciones o, en huelga. Las instituciones de salud sin presupuestos, con trabajadores sanitarios mal pagados y muchos, en condiciones de vida denigrantes, sin recibir sus salarios. Las asociaciones médicas, sin voz ni voto en las decisiones. La educación, universidades y demás, junto con el ICETEX en deudas, sin el apoyo a los estudiantes. Guerrillas, paramilitares, bandoleros y fuerzas militares, enfrentadas. Crece el narcotráfico y la minería ilegal, con desplazamientos forzados y afectaciones, de graves eventos ambientales.
Es decir, tenemos un país con grandes apremios y dificultades, que necesita un cambio, basado en consensos, permitiendo tomar decisiones urgentes, para no empeorar una situación, que de no participar todos, cada vez será peor.
¿Cuáles son los medios de corrección? Los tenemos a la mano, grandes instituciones, líderes y elementos, bien preparados, para respetar el conocimiento y las leyes. Sentarse en la misma mesa, sin presunciones de tener siempre la razón, con la justicia en la mano, haciendo respetar los principios constitucionales actuales, los que todavía desde 1991, no se han terminado de cumplir.