Que no quepa la menor duda: el gran desafío del Caribe colombiano es incrementar la cobertura de la educación superior en su población. Si bien se han hecho avances para mejorar en esta materia, aún la terea no está hecha, por lo menos no del todo. Así lo evidencian los indicadores.

Según el Índice Departamental de Competitividad 2024, en el pilar educación superior y formación para el trabajo, el desempeño de la región alcanzó un puntaje promedio de 3,84, evidenciando que aún existe una gran brecha en términos de acceso al sistema, en especial si se tiene en cuenta que este resultado está muy por debajo de la media de Bogotá o Santander, que ocuparon los dos primeros lugares del ranking con puntajes de 7,80 y 6,04, respectivamente.

A nivel local, Sucre (3,35), Cesar (3,73) y Atlántico (5,51), se ubicaron en las mismas posiciones de 2023; en cuanto a San Andrés (4,84), Bolívar (4,45), Magdalena (4,17) y Córdoba (3,52), registraron una disminución leve frente al año anterior. Como caso particular, sin bien la Guajira (2,17) ascendió tres posiciones en la medición, su puntaje continúa siendo relativamente bajo en comparación con los demás departamentos.

Al revisar estas cifras, es evidente que la región debe superar tres barreras para mejorar la cobertura.

Primero, tiene que ampliar las opciones de financiación y dar a conocer las que actualmente están vigentes en el ICETEX. Lamentablemente una buena parte de las familias de la región no cuenta con los recursos suficientes para cubrir el costo de las matrículas ni el sostenimiento de los hijos en la universidad.

Segundo, es fundamental mejorar el nivel de la calidad de la educación básica y media, siendo este un factor determinante que no está facilitando el acceso a la academia, por lo menos no en las mejores condiciones académicas.

Tercero, hay que fortalecer la orientación vocacional que reciben los estudiantes de último grado de bachillerato. Hoy es muy común encontrarse con jóvenes que no tienen claro cuáles son sus habilidades y destrezas.

Ante este panorama, la educación virtual se ha posicionado como la herramienta más poderosa para reducir la brecha de cobertura en el sistema. ¿La razón? Por un lado, facilita a las personas que viven en zonas apartadas acceder a servicios educativos de calidad, sin que la distancia sea una limitante; al mismo tiempo, ofrece una metodología flexible que ayuda a quienes trabajan y tienen la responsabilidad de cuidar una familia continuar con su proceso de formación, sin que el tiempo se convierta en una barrera.

Igualmente, a través de este modelo es posible contar con una amplia oferta de programas académicos pertinentes que responden a los desafíos actuales del territorio y a las necesidades del mercado laboral.

De hecho, hoy varias Instituciones de Educación Superior (IES) de esta zona del país, como el caso de Areandina, sede Valledupar, gracias a que cuentan con una educación virtual madura y consolidada, están llevando a las zonas más apartadas una formación de calidad Para destacar, el pasado 27 de agosto, inauguramos en Riohacha, La Guajira, un Centro de Servicio Universitario (CSU) que ofrecerá una oferta de carreras profesionales muy llamativa para los guajiros y con buenas alternativas de financiación.

Así como esta iniciativa, hay otras que evidencian que hoy la Costa Caribe avanza a buen ritmo en el fortalecimiento de la educación virtual, una apuesta que en el corto y mediano plazo generará mayor progreso y un desarrollo más acelerado en todos sus departamentos.

Finalmente, el fortalecimiento del modelo virtual no es sólo un factor diferencial en los departamentos del norte del país, también es una realidad en otras zonas de Colombia. Según el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES 2023), esta metodología de estudios beneficia actualmente a más de 510.000 personas.

Para resaltar, entre 2018 y 2023 (indicadores oficiales más recientes) el número de programas virtuales que recibieron registro calificado aumentaron un 36 %, en contraste con los pregrados y posgrados presenciales que presentaron un crecimiento del 1 %. Solo el año anterior, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) otorgó 269 nuevos registros calificados a programas online.

Con relación a la demanda de esta oferta, en 2023 la educación virtual registró un incremento de 4 % de matriculados en cantidad de estudiantes universitarios; de hecho, hoy se calcula que 2 de cada 10 alumnos en nivel de educación superior se forman a través de la virtualidad.

*Rectora Fundación Universitaria del Areandina, sede Valledupar