Para conservar el optimismo que nos alberga por aquí con alcalde y gobernador liderando todas las encuestas, y pecibiendo los avances de gestiones bien orientadas, mejor sigamos en lo local, ignoremos los disparates que ocurren en la administración nacional, hagamos cuenta de que no existen las perversiones del gobierno Petro, y que el desvergonzado superintendente de Salud no nos ha faltado el respeto ni enviado ninguna circular atentando contra los niños colombianos pretendiendo mezclarlos en la misma bolsa de depravación en la que el petrismo se encuentra. Tampoco nos preguntemos por qué los congresistas decentes no han pedido la cabeza de semejante tipo; hagamos abstracción de todo lo malo, y registremos solo lo bueno. Así que, entonces, hablemos de Puerto Colombia.
Grand Slam de Elsa Noguera con todo lo que hizo por nuestro municipio litoral del área metropolitana, y destacable la evidente intención de Verano de preservar lo ejecutado y continuar la misión de convertir a Puerto Colombia en el polo de desarrollo turístico del Departamento, misión en la que se ha contado con el apoyo del sector privado, Tecnoglass se lució con el espectacular faro, y se espera la vinculación de otras empresas locales que aporten ideas y obras que complementen la inversión local. Podemos nosotros mismos, solos, sin el Gobierno nacional, avanzar y triunfar.
Es que hoy Puerto es otro. Aunque falta por hacer, transitar por la plaza, sus calles vecinas, recorrer el pedazo de muelle que se logró recuperar, visitar el Muelle 1888, diseño del arq. José Pérez, es sentirse en otros lares. Sin contar el desarrollo social y económico que han significado las iniciativas, las calles llenas de gente propia y de visitantes, los establecimientos de solaz atiborrados, el muelle, el entorno del Faro y de la remodelada plaza, las playas, el Malecón del Mar, los parques, llenos de visitantes de todas las edades, muestran una nueva actividad social y, claro, económica, la gente gastando y los porteños facturando y trabajando.
Ideal sería que la Gobernación insistiera ante el Reino Unido para que se vinculara a la culminación del muelle, y alguna iniciativa privada que permitiera explotar el turismo en la plataforma de atraque, hoy una abandonada isla de concreto que podría, por lo pronto, iluminarse con lámparas solares, igual que reflectores en la playa orientados hacia el mar, en fin, el potencial es inconmensurable y, mejorando las vías de acceso y dotando al municipio de zonas de parqueo, tendríamos un Puerto de ensueño.