‘Promissing Young Woman’ es el debut de la actriz Emerald Fennell (conocida por ‘The Crown’) como directora, y su lanzamiento viene con un tema controversial y cáustico como es el del abuso sexual.
Contemplado con un tono de comedia y drama, salpicado de mucha ironía, el inteligente guion nos pasea por una serie de eventos que denuncian y atacan las conductas machistas de esta sociedad, aún prevalentes a pesar de las luchas feministas que se han dado a lo largo de la historia.
El relato se centra en Cassie (Carey Mulligan), una “joven prometedora” con todo a su favor, desde sus atributos físicos hasta sus logros intelectuales, con buenas notas en la universidad y prospectos de una carrera en medicina. Pero todo ello se ve alterado el momento en que su mejor amiga Nina sufre una terrible experiencia de abuso sexual por parte de sus compañeros de clase.
Desde ese hecho el único interés de Cassie es la venganza contra los perpetradores del abominable acto, jóvenes de futuro prometedor, como el famoso caso de Broke Turner en Stanford, pero con una educación tan machista que no pierden oportunidad para aprovecharse de la mujer en cualquier momento de debilidad.
Cassie ha dejado la universidad y su trabajo se limita a ser mesera en una cafetería, mientras planea cómo salir a la caza de sus presas para darles una lección. La vemos asistiendo a bares donde aparenta estar en estado de embriaguez, hasta que aparece el joven dispuesto a “ayudar”. Es ahí donde ella los confronta consigo mismos, con su masculinidad tóxica y con su machismo recalcitrante, que solo sabe responder a instintos banales fuera de todo razonamiento.
Es difícil encontrar una mujer que no haya estado expuesta a circunstancias por el estilo, y verlo representado de la manera como lo logra esta película no resulta fácil. Pero por muy molesta y dolorosa, es igualmente necesaria y valiosa, porque mas que la venganza, lo que pretende el relato es poner al abusador en el lugar de la abusada, como única manera de comprender la magnitud de un acto tan grave.
La situación la hemos visto denunciada por el movimiento #MeToo tanto en el mundo del espectáculo por el caso de Harvey Weinstein (ya condenado) o Woody Allen, como a nivel político y empresarial. Pero también lo encontramos en ámbitos tan íntimos como la propia familia, lo que hace aún mas difícil la denuncia.
Este filme nos lleva a reconsiderar el grado de arraigo de ciertos comportamientos de abuso, al punto que se contemplan como normales. Muestra además que el violador puede ser cualquiera de esos hombres de carrera exitosa y buena vestimenta, como un abogado o un médico, que seguirá haciendo de las suyas hasta que no logre desaprender lo aprendido y reeducarse hasta considerar a la mujer como un ser humano.
Culpar a una víctima dudando de su credibilidad adjudicándole el pecado por la vestimenta o los tragos de mas no es hacer justicia, es perpetuar el problema.
La película se presenta en Amazon, Google y Youtube, y tiene 5 nominaciones en los Premios Oscar.