Mientras Barranquilla vive su nirvana deportiva con los Juegos CAC, la Dimayor inicia el camino para volver a la normalidad después del desorden institucional y de la bola de chismes y traiciones en que la convirtió el expresidente Jorge Perdomo. Hoy se realizará la asamblea de la institución y se espera elegir al nuevo presidente para dejar atrás los malos momentos. Sobre el tapete hay tres nombres. Carlos Mario Zuluaga, Iván Novella y Jorge Enrique Vélez. Zuluaga y Novella son hombres de fútbol. Vélez es más político que dirigente del balompié y, dada la terrible experiencia que tuvieron con Perdomo, nos imaginamos que no querrán repetir la experiencia de poner a una persona de su perfil a dirigir los destinos de una entidad de fútbol. Vélez es un hombre cercano a Vargas Lleras en Cambio Radical y, aunque ha participado en comisiones en Dimayor, no es un hombre de fútbol. Vélez tiene, además, la contra de que quienes lo impulsan son los mismos que intentaron mantener al nefasto Perdomo.

Zuluaga ha dirigido el fútbol desde los equipos. Es el presidente de Equidad y mantiene una administración sobria, sin derroche de dinero, y apostándole siempre a los procesos. Es un dirigente que vivió en Barranquilla donde comenzó su carrera laboral en la firma John Retrepo y Compañía, y es un hombre que mantiene buenas relaciones con todos, y sabe exactamente dónde le duele a la institución.

Novella ha dirigido el fútbol desde la propia Dimayor desde cuando fue llevado por Ramón Jesurun para ser el Gerente de la institución. Es un hombre joven, conocido por todos, y con conocimiento cercano de todos los dirigentes. Conoce, al igual que Zuluaga, la letra menuda, los vericuetos, y los secretos de la institución.La experiencia Perdomo ha hecho abrir los ojos a muchos y mantenerse en el error a pocos. Cuando hablo que poner a un hombre de la política a dirigir el fútbol no es conveniente, lo hago partiendo de la premisa que mucho va de administrar la cosa pública, que algunos consideran como su propio coto, y otra una entidad privada como el fútbol que es de las empresas más prósperas del país. Después de la postración a la que llevó Perdomo a la Dimayor por su perfil equivocado y sus ansias de convertirse en el Napoleón del fútbol a cualquier precio, y pisando la cabeza que hubiera que pisar, es apenas elemental pensar que la dirigencia deberá elegir a un hombre de fútbol. Nada de hombres de la política venidos a menos buscando una ubre de la cual prenderse. Que recuerden que al perro sólo lo capan una vez…