‘Expresión y creatividad. Un camino a la libertad’: así se titula la exposición organizada por la Universidad de Caldas de producciones artísticas y literarias realizadas por reclusos de la cárcel La Blanca. Estos reclusos no son los únicos que pueden ser libres con la creatividad, sino también los que se encuentran encarcelados en historias de guerra y sufrimiento, como lo están un sinnúmero de colombianos afectados por las secuelas de la guerra. Javier, desplazado de Tumaco, cuenta que su hermano fue asesinado por el Eln y su esposa secuestrada por las Farc. Dice que fue tan doloroso que pensó en quitarse la vida tomándose un veneno, pero cuenta “en vez de eso, agarré un lapicero y empecé a escribir”.
Y el hecho de que Javier haya decidido escribir en lugar de quitarse la vida, demuestra el poder de la creatividad y de la libre expresión; de agarrar un lápiz, un pincel o un instrumento y transformar en arte sentimientos y frustraciones, generando satisfacción y conexión por medio de la denuncia o la memoria. En las palabras de un artista amigo, Jorge Serrano: “cuando yo pinto, me siento en conexión con el universo; cuando la obra está lista me siento satisfecho, siento que soy un ser distinto que ha tenido una oportunidad muy grande”. Pero mas aún, la creatividad permite generar formas dignas de subsistencia si apoyamos a quienes quieren convertir en una unidad productiva su arte, su cultura, su conocimiento.
En países desarrollados, la economía cultural y creativa lidera el crecimiento económico y la generación de empleo. En Europa ha crecido 12% mas rápidamente que la economía total. En Reino Unido el impacto en el PIB es mas alto que el de los servicios financieros. Por otro lado, en México ocupa al 11% de los trabajadores del país. Según la Unctad, la economía creativa tiene el potencial de fomentar el crecimiento económico, la creación de empleos y ganancias de exportación y, a la vez, promover la inclusión social, la diversidad cultural y el desarrollo humano.
Javier, al descubrir su gran pasión y talento por la escritura, le pidió a la gobernación de Nariño que lo apoyara en su formación. Hoy los libros de Javier se encuentran en las librerías del país. Por esto, Javier solicitó a los actores institucionales que trabajaran articuladamente con los artistas para generar ecosistemas propicios y herramientas para el desarrollo de la industria. Además, les hizo caer en la cuenta de que las asignaturas relacionadas con el arte no son relleno ni utilización del tiempo libre; pueden impactar el desarrollo humano y ser una opción profesional, como hoy lo es para él.
Reconozcamos el papel fundamental de la cultura y la creatividad en el bienestar y en la mejora de la calidad de vida de los colombianos, pero sobre todo en la construcción de una sociedad mas humana, que facilita la libre expresión, reconoce la diversidad y la visibiliza.
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