Ha dejado claro que hasta ahora el Giro es la carrera donde mejor le va. Ayer ganó con autoridad, llegó junto a su compañero de equipo y nuevo líder del Giro-2018, el británico Simon Yates, dejando una nítida muestra de compañerismo y amistad.
Esto no es solo un triunfo de este par de ciclistas, siempre he dicho que el equipo australiano, que este año lleva el nombre de Mitchelton - Scott, es dirigido impecablemente por Neil Stephens. El mánager le debe mucho de ese conocimiento que tiene de saber leer las etapas, a su labor de gregario en equipos como el Once y el Festina.
¿Por qué digo esto? Porque en el mundo del ciclismo se dice que un buen director deportivo (como se le llama a los DT en el ciclismo) debe haber sido un buen gregario, porque estos son los que conocen lo que ocurre en la carretera, son los que entienden la mayoría de las labores en una carrera y esas estrategias en el equipo de Chaves las interpretan a la perfección.
Esteban le debe el resurgir de su carrera como ciclista a Stephens, y el colombiano le ha pagado de la mejor forma.
Observando la llegada de ayer nos damos cuenta del gran ambiente que se vive en ese equipo, al cual, repito, siempre he admirado. Quien estaba más arriba de la general era Simon Yates y el que ganó la etapa y obtuvo mayor bonificación fue Chaves, ¿eso qué quiere decir?
Este equipo va con dos ciclistas por la general del Giro-2018 y eso es una muy mala noticia para hombres como Froome y Dumoulin, que no solo tendrán que vigilarse entre ellos. Ya le salieron dos rivales, y lo peor, del mismo equipo.
¿Pero por qué digo que es peor?
Porque ellos se turnarán en los ataques y si es difícil marcar a un rival, ahora imagínense marcar a dos igual de talentosos y bien situados en la general, que sean del mismo equipo.
¿Qué pasa con Miguel Ángel López?
La sexta etapa tenía un solo premio de montaña de una categoría. Supermán López es un ciclista al que le convienen las etapas que son como un serrucho, que tengan mucha montaña y con grados de dificultad por arriba del 8 %.