Yimmi Chará solo tiene 1,62 metros, pero, con 62 kilos, se muestra fuerte, macizo. Su pequeña estatura hace que nos preguntemos dónde cabe tanto fútbol. Era, exactamente, la misma que nos hacíamos con Víctor Danilo Pacheco.
Ambos encarnan al jugador todo terreno 4x4. Hace algún tiempo, mucho antes que apareciera por el querido Junior, me preguntaron de qué jugaba Chará. Respondí “Chará es jugador de fútbol”.
Chará tiene la bendición de jugar por todo el terreno ofensivo, de generar fútbol y de colaborar con el circuito defensivo. Esa respuesta pude haberla dado en aquellos tiempos del ‘Pibe’ Valderrama, Pacheco, Nene Mackenzie e incluso un poco más atrás con Juan Miguel Tutino o Carlitos Ischia. Chará encarna a todos esos jugadores brillantes que quedaron en nuestro recuerdo y corazón para siempre.
De Tutino e Ischia llegamos a decir, en su momento, que tenían tres pulmones o dos corazones. Qué manera de prodigarse físicamente y de generar aquel fútbol donde se dejaba hasta la última gota de sudor y la última energía muscular.
Pero no era un fútbol matrero. Era un fútbol bien jugado, bien generado y productivo.
Chará es todo eso, pero en estos tiempos en que el fútbol es más rápido, tanto física como mentalmente, y en donde los jugadores integrales son bendecidos por los dioses del olimpo del fútbol y por las chequeras de los equipos.
Ese es Chará. Brillante jugador de fútbol, productivo en ataque, obrero en recuperación, excelente en pases gol y definidor consumado. En combo.
Por ejemplo, en el juego vs. Envigado, Chará cedió 46 pases (43 buenos y tres interceptados), de los seis tiros a puerta del Junior participó en tres de ellos (dos goles y uno desviado). De las ocho faltas del Junior, Chará propició dos. Todo en uno. Generación de juego, colaboración en defensa y remates a puerta.
En estos siete juegos de Liga, el aporte de Chará ha sido exuberante. Junior ha anotado 13 goles de los cuales Yimmi ha aportado nueve. La estadística dice que ha anotado seis goles (todos de jugada) y es líder goleador del torneo; ha hecho dos pases gol, ambos para Teófilo Gutiérrez, vs. América (2do gol) y Nacional (1er gol), y le cometieron 1 penal (vs. Equidad, convertido por Teófilo). Chará ha jugado como si, siempre, hubiera estado aquí. Quiere decir que no necesitó el manido “tiempo de adaptación”.
Y algo que lo enaltece: el DT Julio Comesaña le informó que no estaría en el juego de Copa Águila en Bogotá vs. Millonarios. Chará le dijo a Julio que, por favor, lo llevara, que él quería jugar.
De verdad, ¿dónde cabe tanto fútbol?