Alguien del fútbol me ha comentado que es posible que pronto estemos ante un tema que ha sido tabú en el medio colombiano. La homosexualidad en el fútbol despertará polémica pues no solo sería la confesión del atleta sino la reacción de dirigentes, compañeros, hinchada y medios de comunicación.
En la sociedad colombiana el tema ha ido avanzando a pesar de contratiempos y reacciones homofóbicas. Antes la homosexualidad era vista como una enfermedad, como un caso satánico, digno de un exorcismo, o como una desviación hasta la definición de Sigmund Freud en su Teoría Sexual. Hoy, cuando muchos de los homosexuales han llegado incluso a suicidarse, la “enfermedad” se convirtió en una “elección sexual” y los que han ‘salido del clóset’ luchan a brazo partido para conseguir un lugar y un reconocimiento en la sociedad. Ya ha pasado en el deporte de los Estados Unidos.
En EEUU los deportistas y árbitros dieron ese paso hace algún tiempo. El adelantado fue Glenn Burke jardinero de los Dodgers y los Atléticos que confesó su homosexualidad en la revista Inside Sports en 1982. A Burke se le atribuye la creación del festejo chocando las manos abiertas. El “high five” (dame esos cinco) lo hizo por primera vez junto a Dusty Baker por allá en 1977. Burke murió de sida en 1995.
Después de él se vino el efecto dominó. Jugadores de ambos sexos, de todos los deportes en EEUU, confesaron su elección sexual. Hablo de Michael Sam y Jeison Collins, jugadores, y el árbitro Bill Kennedy de la NBA, el jugador David Denson y el árbitro Dale Scott de la MLB, Robbie Rogers de la MLS, Sheryl Swoopes de la WNBA, el saltador Greg Louganis y el boxeador Orlando Cruz. Luego de la avalancha de anuncios en EEUU comenzaron las revelaciones en todo el mundo.
Hoy, el deporte que menos anuncios hace sobre la ya famosa ‘salida del clóset’ es el fútbol. Sin embargo, alguien del círculo futbolero me comentó que pronto habrá confesiones. Otros consultados piensan que es poco probable. Creen que los anuncios comenzarán en el exterior, donde la aceptación puede ser menos traumática.
Tal vez lo más duro sea, para jugadores y árbitros, volver a la cancha después de realizar dicha la confesión. Reacciones de todo tipo habrá hasta que se calmen las aguas…