Reconociendo que el cambio climático es un problema de la humanidad y que cada vez se generan más emisiones de los llamados gases de efecto invernadero, en la Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) reunida en París en septiembre del 2015, ratificada en Nueva York en diciembre del mismo año y finalmente en Marrakech (COP22), se han adoptado medidas para hacerle frente, por parte de los países participantes. A partir de estas reuniones, que son como “un punto de quiebre” en el cuidado del medio ambiente, hemos observado que en muchas ciudades del planeta, las autoridades nacionales, departamentales y municipales han comenzado a reconocer que es necesario darle peso a las instituciones relacionadas con el cuidado del ambiente en ciudades, pueblos, campos, montañas, mares y ríos.
Pero, para que estos programas de mitigación y adaptación al Cambio Climático trabajen y se obtengan resultados, las acciones de las autoridades, a todos los niveles, y de los grupos de ayuda a la comunidad, deben existir. Para la mitigación del cambio climático y su adaptación, se tienen que poner de acuerdo todas las actividades de desarrollo económico y social con nuestra cultura tradicional de consumo. Por eso, el Gobierno, por medio del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible y del Departamento Nacional de Planeación está generando muchos servicios técnicos a los Departamento y Municipios. Así, por ejemplo, desde el año pasado, aquí en el Atlántico existe un comité interinstitucional, del cual se esperan acciones en favor del medio ambiente. Por supuesto, existen todavía expresiones en contra de la políticas favorables al ambiente, que podrían deteriorar los acuerdos convenidos en COP21 y COP 22, pero poco a poco se irán convenciendo de que estos acuerdos marcan un convenio universal y la necesidad de que cada país, región, ciudad o pueblo encuentren también “su punto de quiebre” para atender con efectividad y eficacia estos acuerdos.
Téngase en cuenta que en estos fenómenos ambientales no somos nosotros los más perjudicados, son nuestros descendientes, si no logramos calmar este Cambio Climático y otros aspectos dañinos, desde ahora. La agenda de acción de estas conferencias internacionales ya se ha convertido en un motor importante en la reducción de emisiones, mejorando la eficiencia energética, frenado la destrucción y residuos en el sector forestal, hídrico y agrícola para dar paso a un mundo más sostenible. Un ejemplo lo constituye la elaboración y cumplimiento del Plan Maestro de Cambio Climático de la ciudad de Montería (que recomiendo leer) y, en forma más cercana para nosotros los barranquilleros, el reconocimiento de que el organismo oficial de medio ambiente del Distrito de Barranquilla, Damab, no era los suficiente eficaz y eficiente y en consecuencia ha sido reemplazado por una nueva entidad, “Barranquilla Verde”, lo cual constituye en verdadero “punto de quiebre” Distrital para beneficio de la ciudad.
En EL HERALDO del 4 al 5 de enero se destaca la modificación de la estructura administrativa del Distrito “para generar alternativas de mejoramiento continuo en la prestación de los servicios públicos y de esta manera mejorar sustancialmente su desempeño, en concordancia con los mandatos legales y con la prioridades del plan de desarrollo”. Por esto, la nueva “Barranquilla Verde” no viene sola: existen asesores a nivel nacional e internacional dispuestos a colaborar y el firme propósito de la Alcaldía Distrital es cambiar a DAMAB por una entidad que trabaje efectivamente por el cuidado del medio ambiente. Así sea.