Múltiples investigaciones han demostrado que el cerebro del feminicida encuentra en la violencia una forma de manifestar su sinsabor. Son estudiados, tienen empleo y carecen de antecedentes sociales o penales. Incluso en el trabajo se llevan bien con sus compañeros.
Los hechos sucedieron en el barrio Panamá, de Valledupar.
La Procuraduría establecerá si el subintendente vulneró los derechos fundamentales de su mujer en los medios virtuales.
De momento se desconoce si el agresor fue detenido por las autoridades y el estado de los hijos del atacante, de 6 y 7 años, que presenciaron el hecho.
¿Hasta cuándo el Estado le fallará a las víctimas de violencia de género? Pese a haber denunciado a su agresor, Liney llora el asesinato de su hijo y su madre.