El ritual se realizó en medio del tronar de caracolas y 'pututus', unos instrumentos hechos con cuernos de toro.
Un equipo médico trata de verificar denuncias sobre afectaciones respiratorias y posibles muertes de niños en la zona.
Profesionales de la salud le contaron a EL HERALDO sus temores, cómo se armaron de valor y los cuidados que tomaron para seguir atendiendo a pacientes con coronavirus.
Castillo manifestó que los niños, de entre 4 y 14 años, fueron sacrificados en un ritual a los dioses de la cultura Chimú (1200 a 1400 años) con la finalidad de aplacar las catástrofes naturales ligadas al fenómeno climático El Niño.

