Halloween es una de las festividades más esperadas por los niños, pero también representa un desafío para la salud bucal debido al aumento en el consumo de dulces. Es importante conocer los riesgos y tomar medidas preventivas para proteger la sonrisa de los más pequeños durante esta temporada.
Lea también: Uso excesivo de pantallas en niños equivale a tres años escolares perdidos, según expertos
Durante Halloween, los principales riesgos para la salud oral de los niños están relacionados con el consumo excesivo de azúcares y una higiene dental deficiente. La combinación de dulces y un inadecuado cepillado puede aumentar la probabilidad de desarrollar caries. El azúcar, al estar en contacto prolongado con los dientes, es aprovechado por las bacterias para producir ácidos que dañan el esmalte dental, generando lesiones de caries.
“Para minimizar el riesgo de caries en Halloween, es fundamental controlar la cantidad de azúcares que consumen los niños. En los menores de dos años, lo ideal es evitar el azúcar completamente, y a partir de esa edad, limitar su consumo. Además, se debe asegurar un adecuado cepillado dental, preferiblemente con la supervisión de un adulto, especialmente después de consumir dulces. Es importante que, después del cepillado nocturno, no se ingieran alimentos ni bebidas azucaradas, ya que esto aumenta el riesgo de caries durante la noche”afirma Andrea Cortés, PhD, directora del posgrado de odontología perdiátrica, Universidad El Bosque.
Halloween no tiene que ser incompatible con una buena salud oral. Los padres pueden ofrecer alternativas saludables, como snacks a base de frutas y verduras, y fomentar el consumo de agua en lugar de refrescos azucarados. Además, se puede mantener la diversión sin descuidar el cepillado dental, estableciendo una rutina diaria y asegurando que los niños visiten al odontopediatra regularmente para monitorear su salud bucal.
“El cepillado dental diario es clave para prevenir la caries. Se recomienda realizarlo al menos dos veces al día, utilizando una crema dental fluorada con al menos 1000 ppm de flúor. En algunos casos, también es necesario el uso de hilo dental para eliminar los restos de alimentos en zonas difíciles de alcanzar con el cepillo. Es importante que un adulto supervise el cepillado para asegurarse de que se realice correctamente” añade Cortés.
Para que los niños adopten una rutina de higiene oral, es esencial que disfruten el proceso. Los padres pueden hacer del cepillado un momento agradable, involucrando a los niños de manera lúdica y estableciendo una rutina en la familia. Cuando el cepillado se convierte en un hábito, se promueve una salud bucal óptima y se evitan complicaciones futuras.
Los padres juegan un rol crucial en la prevención de caries en los niños. Al ser un modelo de autocuidado y buenos hábitos de higiene oral, los adultos influyen directamente en la adopción de prácticas saludables por parte de los más pequeños.
La motivación y supervisión de los padres son esenciales para que los niños desarrollen hábitos de cepillado regulares y adopten una alimentación sana.
Lea también: Estas son las profesiones con mayor riesgo de daños auditivos
“Educar a los niños sobre la importancia de la salud oral no tiene que ser un proceso aterrador. Se les puede explicar de forma sencilla y positiva la importancia de tener dientes fuertes y sanos. Es fundamental no transmitirles miedos relacionados con el dentista y llevarlos al odontopediatra regularmente para que reciban atención preventiva y se les enseñe a cuidar su boca de manera divertida y relajada” agrega Cortés.
La salud bucal no debe descuidarse después de Halloween. Asistir regularmente a consultas odontológicas es una medida preventiva clave. El odontopediatra podrá evaluar el riesgo de caries de cada niño y establecer un plan personalizado para mantener su salud oral.
Esto incluye guiar a los padres en la técnica de cepillado adecuada, realizar limpiezas dentales periódicas y aplicar flúor cuando sea necesario.
Con estas recomendaciones, Halloween puede ser una celebración segura y divertida, sin comprometer la salud oral de los niños.