Compartir:

Una vez, una amiga le contó a la cineasta Halina Reijn sobre una mujer que, durante sus 25 años de matrimonio, nunca había experimentado un orgasmo con su esposo. Eso la impresionó, aunque en cierto modo no le sorprendió.

Lea ‘Juancho’ Jaramillo, un hombre con ADN carnavalero

Con esa información y luego de interiorizarla e imaginarla, decidió escribir y dirigir Babygirl, un thriller erótico en el que Romy, interpretada por Nicole Kidman, es una CEO sofisticada, madre y esposa que vive en Nueva York, habitando un mundo de control meticuloso, agendas estrictas y una intensa conciencia de cómo es percibida en un campo dominado por hombres. En su matrimonio no ha encontrado realmente placer con su esposo, Jacob (Antonio Banderas), un hombre con inclinaciones artísticas.

Mientras Romy intenta mantener intacta su imagen impecable, se desmorona rápidamente tras conocer a Samuel (Harris Dickinson), el practicante de su compañía, pues deberá enfrentarse a los prejuicios y al riesgo de perder su puesto al entrar en este juego de seducción.

Inspirada en los thrillers de los años noventa y autores clásicos como Shakespeare o Eugene Gladstone O’Neill, Reijn busca aportar una visión feminista “única, fresca y moderna” a la sexualidad en cualquier género.

Aquí Pamela Anderson sorprende con nominación a los SAG Awards 2025

“Mi pregunta era sobre el amor propio. Principalmente, ¿cómo amo todas las partes de mí misma?”, reflexiona Reijn.

Este enfoque fue inspirado por Paul Verhoeven, quien dirigió a Reijn, antes actriz, en un papel secundario en El libro negro. “Él siempre me decía que solo podía hacer una película si tenía una pregunta específica. Para esta historia, me preguntaba: ¿Somos animales o estamos civilizados? ¿Podemos hacer las paces con el animal que llevamos dentro? ¿Es posible que las diferentes partes de nosotros coexistan y, a su vez, que podamos amarnos plenamente sin vergüenza?”.

Niko Tavernise/Courtesy of A24

Química pura

Por su parte Kidman explicó que más allá de la diferencia de edades entre Romy y Samuel está la química, un elemento fundamental en el que la vulnerabilidad y las heridas de ambos se encuentran para intentar sanar.

Además Así avanza construcción de estatua de Sofía Vergara en el Malecón

“Romy y Samuel son capaces de percibirse el uno al otro. Algo de otro nivel está pasando con ellos, no es intelectual, es una especie de extraña visceralidad, y por eso cambia y juega y empuja y tira, y es un juego, pero es un juego muy peligroso”, explicó.

Por otro lado, la actriz, que estuvo nominada al Globo de Oro por esta actuación, detalló que aunque ha hecho muchas películas con tintes sexuales, como Ojos bien abiertos dirigida por el majestuoso Stanley Kubrick y coprotagonizada con su entonces esposo Tom Cruise, esta es diferente.

También Generación Beta: la nueva era dominada por la IA

“Hacer este tema con una mujer que escribió el guion, lo dirige y además es una gran actriz, fue como convertirnos en una sola persona, algo que nunca había experimentado con un director. Cuando trabajas con una mujer en este tema, puedes compartir todo con ella”.