La edición 47 del Festival Nacional de Compositores, celebrado en San Juan del Cesar, La Guajira, dejó mucho más que música y homenajes en el aire. A pesar de que el evento rindió tributo al cantautor Silvestre Dangond con un emotivo concierto de cierre y dedicó un homenaje póstumo al acordeonero Juancho Rois, la noticia que hoy acapara los titulares tiene como protagonista al ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín.
Rojas, apasionado del vallenato por herencia de su abuela guajira, sorprendió al participar en la categoría de composición vallenata inédita aficionada con su obra Se acabó el contrato. Sin embargo, su intento de ser parte activa de este emblemático evento folclórico terminó en una polémica descalificación.
Según Luis Hinojosa, jurado del concurso y reconocido folclorista, la canción fue retirada por incluir versos que desvirtuaban el carácter cultural del vallenato, considerados por el jurado como inapropiados.
El fragmento más cuestionado: “Adiós amor que te pierdes del polvo y los delirios”, fue señalado por su doble sentido y calificado como vulgar, una característica que los organizadores consideraron contraria a los valores que promueve el certamen.
Ante el revuelo, el ministro Rojas rompió el silencio con un extenso pronunciamiento donde explicó su vínculo con el vallenato y aclaró su participación en el festival.
Recuerda cómo las historias que su abuela le contaba estaban intrínsecamente ligadas a los cuatro aires del vallenato (puya, son, merengue y paseo), ambientándolas con música de acordeón. Además, menciona que su abuela solía traer los últimos lanzamientos musicales para escucharlos juntos, lo que fortaleció su vínculo con este género musical.
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“Sí, soy un apasionado del folclor vallenato, es la única y más bonita herencia que me dejó mi abuela, una mujer guajira que influyó de manera definitiva en mi formación. Siempre sentí que las historias que de niño mi abuela me contaba sobre su región tenían una relación intrínseca con los cuatro aires, como si ella sin proponérselo, las ambientara con música de acordeón”.
El ministro señala que, animado por sus amigos guajiros, decidió enviar una canción que había compuesto años atrás al festival de San Juan. Su intención era sentirse parte del evento y rendir homenaje a su abuela y a su niñez, liberándose momentáneamente de las rigideces de su cargo público.
“Convencido por mis amigos guajiros envié un intento de canción, que desde hace años tenía por ahí, al festival de San Juan, solo para sentirme parte, como queriendo y no queriendo, amarrado por las cadenas que impone un cargo que asfixia la humanidad y que se ciñe a la acartonada rigidez centralista de las buenas formas donde el vallenato es vulgar por antonomasia pero liberando al espíritu insubordinado que reivindica mi niñez y la figura de mi abuela, sin mayores pretensiones, como alguien que disfruta de su hobbie”.
Rojas aborda las críticas recibidas, especialmente las que calificaron su canción de vulgar. Señala que algunas historias inventadas, como su supuesta presencia en una casa de recreo, son falsas, ya que no asistió al festival debido a sus responsabilidades ministeriales.
Toma estas invenciones con humor, recordando la “lengua sanjuanera” mencionada por Escalona, y sugiere que las críticas provienen de un periodista opositor con quien ha confrontado ideas políticas.
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“Dijo un periodista que era una letra vulgar, se inventó una divertida historia que incluye una casa de recreo que para su infortunio no conocí ni sé de dónde la sacó porque, para frustración mía, jamás estuve en el festival, no porque no hubiera querido sino por las ocupaciones que me impone el cargo. Debo decir que han sido divertidas la cantidad de cosas que se han inventado alrededor de la historia. Ya Escalona había advertido sobre la lengua sanjuanera y, aunque se trata de un periodista opositor con el que he confrontado ideas políticas, prefiero entenderlo con la picardía propia del folclor donde son varias las historias de gente que se quiso hacer célebre a partir de la mala fe y les cayó la gota fría”.