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Sentarse a escribir una crónica de tristeza es invitar a las lágrimas para que mojen el rostro sin parar, y más teniendo al protagonista al frente narrando su extenso historial musical en el folclor vallenato. Además, cómo quiere ser despedido después de que su noble corazón deje de latir.

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A lo anterior aportó un documento autenticado y enviado a la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, Sayco, donde escribió su paso de la vida a la muerte, haciendo que las letras huyeran con mayor rapidez, regresando cuando el llanto no se escuche y los honores merecidos sean el testimonio de sus proezas con el acordeón, unido a sus memorables cantos que son sus mayores tesoros.

Cuando el 21 de diciembre de 2019 Emiliano Alcides Zuleta Díaz, quien durante una cantidad de años tuvo que luchar por los caminos del folclor con fuerza, determinación, constancia y compromiso, decidió retirarse de las actividades musicales, comenzó a meditar sobre su muerte porque como lo señaló el maestro Rafael Escalona, 'Nadie nació para semilla'.

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Poco a poco fue escribiendo, tachaba y volvía a sumarle frases hasta que pudo concretar su idea principal. Cuenta que no fue fácil, haciéndolo en la soledad de su casa y siendo guiado por el murmullo de sus palabras, así como componía sus canciones pero esta vez no le añadió música.

Es un documento salido de lo más profundo de su alma, esa alma enamorada que en alguna ocasión dibujó una mañanita de invierno en Cartagena, cuando las olas movían los destinos del amor.