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El olor inconfundible del café acompañó las letras magistrales de Gabriel García Márquez durante gran parte de su vida, especialmente a comienzos de la década de 1950 cuando escribía, precisamente, para EL HERALDO su columna La Jirafa.

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Allí, cuando ‘Gabito’ tecleaba en su máquina de escribir en la antigua sede de esta casa editorial, en la calle 33 con carrera 40, era uno de los clientes fieles al café ‘El Maizal’, ubicado al frente de la redacción.

Acompañado de los periodistas de la época, García Márquez se sentaba a tertuliar en el café y cuando el momento lo ameritaba pedía que se lo llevaran hasta su escritorio.

Y es justamente toda esa relación con el café ‘El Maizal’ y con quien le llevaba las tazas hasta su escritorio, que el director barranquillero Hernando Olivares, quien precisamente era hijo de la dueña del lugar, toma para recrear una historia en su película Un café para Gabo, que empezará a rodarse en Barranquilla el próximo mes de marzo.

'Gabo y lo que fue después el Grupo de Barranquilla con Germán Vargas, Alfonso Fuenmayor y Álvaro Cepeda iban a tomar café. Se reunían ahí en las mañanas, cuando la redacción estaba suave. En la tarde, cuando ya estaban sobre el cierre y estaban con la ansiedad y la cosa, llamaban a mi mamá por teléfono. ‘Emita, Emita, manda los cafés’. Entonces, mi hermano mayor les llevaba los cafés a la redacción del periódico', contó Olivares.

Por ello, tomando como inspiración esas idas y vueltas de su hermano hasta la redacción de EL HERALDO y llevarle el café crea esta película que mostrará esa relación entre el joven periodista y el pequeño mesero.