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La banda sonora de su vida está cargada de tambores, flauta de millo y el redoble de sus pasiones. Mientras Sandra Gómez Molina camina rodeada de colores, sus ojos reflejan el compromiso por preservar la esencia cultural de la ciudad, al compás de una sonrisa que contagia de optimismo a todos aquellos que caminan con ella para gestionar la fiesta más grande del país: el Carnaval de Barranquilla.

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Convertida en la gerente, Sandra no solo administra eventos; ella encarna la esencia misma de la fiesta. Cada decisión que toma está impregnada de la pasión que siente por mantener viva la llama del Carnaval.

Pero detrás de esa ardua labor, hay una mamá, amiga e hija que disfruta de los placeres cotidianos como hacer una buena comida o leer un buen libro.

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'Me gusta leer, me gusta escuchar música. Me gusta hacer deporte, me encanta correr, caminar. Me gusta montar bicicleta, no sé si vuelvo a montar bicicleta, pero el deporte es parte de mi vida. Me gusta cocinar, aunque no cocino tanto. Soy hija de unos padres espectaculares'.