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El arte como herramienta capaz de transformar el mundo se ha convertido en una premisa que cada día cobra fuerza. Este oficio toma protagonismo cuando en medio de sus precursores se gesta la bandera de la sostenibilidad ambiental.

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Los trazos empiezan a dibujar futuros más saludables para el planeta y los lienzos evocan la mirada ecológica que desea promoverse. En el departamento, estos pincelazos ya están teniendo vida a través de la ‘Ruta del Arte Popular por el Atlántico’ que este fin de semana hará una escala en la Plaza Central de Puerto Colombia.

Para ello, se hará muestra de una intervención artística en la Plaza Central de Puerto Colombia titulada ‘Los Naufragios del Caribe’, en homenaje al cartagenero Joe Arroyo. Su rostro es recreado por el artista plástico magangueleño, Eduardo Butrón Hodwalker, quien lleva más de 30 años extrayendo basura del Río Magdalena para generar obras de carácter ambientalista.

El bolivarense es el artista homenajeado en el VII Salón BAT de Arte Popular Colombia y el Medioambiente, un reconocimiento en agradecimiento por su responsabilidad.

La plaza de Puerto Colombia ahora tiene un rostro del Joe que mide ocho metros de alto por seis de ancho, elaborado con madera que transporta el mar y la deposita en Punta Roca.

'Es una reflexión a repensarnos como seres humanos y cuál es nuestra responsabilidad a la hora de conservar y preservar el medioambiente, por eso he volcado mi trabajo siempre al tema ecológico', dijo Butrón en diálogo con EL HERALDO.

También es ganador del primer premio del VI Salón BAT de Arte Popular con la obra ‘Una mirada desde lo rural’, por la transformación del espacio urbano de Magangué, un municipio que ha sido afectado por los problemas ambientales, el conflicto armado y la delincuencia.

A través del mosaico, las instalaciones, los ensamblajes y del collage, refleja la identidad de la tierra que lo vio nacer, tejiendo un vínculo muy estrecho con la arteria fluvial.

'El río Magdalena representa una simbología que tiene la ciénaga, que forma parte de nuestra historia, de nuestra cultura, de la biodiversidad y de aquellos viajes en el buque ‘David Arango’, que nos identifica como seres ribereños'.