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Luego de 72 años de haberse iniciado el proceso de beatificación del doctor José Gregorio Hernández Cisneros, este viernes el denominado 'médico de los pobres' ahora está más cerca de ser considerado un santo.

A las 9:00 a. m., tal como estaba pactado, inició la ceremonia de beatificación, acto religioso que se cumplió en la iglesia del Colegio La Salle en Caracas, Venezuela. Hernández Cisneros fue un galeno fallecido en el siglo anterior al que la Iglesia Católica le certificó un milagro.

En un acto encabezado por el nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, y en presencia de las autoridades eclesiásticas, José Gregorio Hernández se convirtió en el cuarto beato del país vecino, donde esperan que próximamente sea canonizado. Para ello se debe aportar la veracidad de un segundo milagro a partir de su beatificación.

La ceremonia cobró vida con una significativa procesión en el interior del templo religioso, en el que los diáconos, presbíteros y obispos hicieron su entrada triunfal. Todos vestidos de blanco cantaron y elevaron sus manos para alabar al ahora beato. El templo al que solo pudieron asistir 150 personas, debido a las restricciones por la covid-19, lucía resplandeciente y con la intervención de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, tomó un aire mucho más especial.

El cardenal Baltazar Porras fue el encargado de dar la bienvenida, y en cada una de sus palabras exaltó la obra de este médico nacido en Isnotú, estado Trujillo, Venezuela. 'Hoy repican las campanas del corazón mucho antes que lo hagan las de los templos, porque la fe se lleva en el alma. Es la fiesta del ‘Médico de los pobres’, esta no es una celebración de los católicos o de los venezolanos, sino también de los hombres de otras culturas. El beato José Gregorio Hernández con su poder sanador logró traspasar fronteras', expresó Porras.

Monseñor Tulio Ramírez, vicepostulador de la causa de beatificación, leyó una extensa biografía del beato, en la que destacó algunos dramas familiares como la pérdida de sus padres a temprana edad, también resaltó su excelencia académica y los cargos que ocupó en distintas universidades, pero especialmente su servicio a los pobres. 'No solo los atendía, sino que también los ayudaba económicamente para comprar los remedios. Este siervo de Dios incluso murió cuando iba a entregarles unas medicinas a un enfermo, en ese instante fue atropellado por un vehículo que chocó contra el suyo', precisó Ramírez.

Monseñor Aldo Giordano, quien preside la nunciatura apostólica en Venezuela, fue el encargado de anunciar su beatificación. 'A José Gregorio Hernández Cisneros, fiel laico experto en la ciencia y excelente en la fe, de ahora en adelante será llamado beato, y será celebrado el 26 de octubre (fecha de su nacimiento)', dijo Giordano al terminar la lectura del documento que confirmó la beatificación, aprobada por el papa Francisco.

Las palabras del nuncio fueron loadas y aplaudidas por los asistentes, quienes gritaron al unísono: '¡Viva José Gregorio! ¡José Gregorio es nuestro!'. Acto seguido se develó la imagen del ahora beato con una aureola.