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En estos tiempos por el estrés diario que se vive, sentirse cansado es común. Sin embargo, cuando el agotamiento se vuelve constante y no mejora con descanso, podría estar diciendo algo más profundo.

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El cerebro podría haber sufrido un mini accidente cerebrovascular, conocido médicamente como ataque isquémico transitorio (AIT). Aunque los AIT suelen pasar desapercibidos, sus síntomas duran menos de 24 horas, un nuevo estudio danés sugiere que sus secuelas pueden durar mucho más, afectando directamente los niveles de energía de quienes los sufren.

Tradicionalmente, los AIT se relacionan con señales como debilidad en un brazo, problemas para hablar o caída facial. Sin embargo, investigadores del Hospital Universitario de Aalborg, en Dinamarca, descubrieron que el síntoma más persistente es la fatiga, que puede mantenerse hasta por un año.

PexlesQuienes pasaban más tiempo en el trabajo mostraban aumentos anómalos en 17 zonas del cerebro.

El neurólogo Boris Modrau, autor principal del estudio, explicó: “Muchas personas creen que un AIT termina cuando los síntomas desaparecen, pero hemos visto que muchos pacientes siguen luchando contra el cansancio, ansiedad y dificultades cognitivas por meses”.

Destacaron que en el estudio analizaron a 354 personas, con edad promedio de 70 años. Del cual, el 61 % reportó fatiga apenas dos semanas después del evento.

Cortesía Tradicionalmente, los AIT se relacionan con señales como debilidad en un brazo, problemas para hablar o caída facial.

“Las personas con un ataque isquémico transitorio pueden tener síntomas como caída de la cara, debilidad en los brazos o dificultad para hablar, y estos se resuelven en un día. Sin embargo, algunos han reportado desafíos continuos, incluyendo una calidad de vida reducida, problemas de pensamiento, depresión, ansiedad y fatiga”, explicó.

Cerca del 50 % seguía fatigado tres, seis y hasta doce meses después. La fatiga fue más común en personas con antecedentes de depresión o ansiedad.

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Los investigadores concluyen que el cerebro, tras verse privado temporalmente de sangre y oxígeno, entra en una especie de “modo de ahorro de energía”, lo que exige un sobreesfuerzo para funcionar normalmente. Esto podría explicar el agotamiento continuo.

¿Qué hacer si te sientes así?

El estudio subraya la importancia de detectar la fatiga a tiempo tras un AIT. Médicos y pacientes deben prestarle atención, no minimizarla ni asumir que se trata solo de estrés o edad.

Shutterstock/ShutterstockEl estudio subraya la importancia de detectar la fatiga a tiempo tras un AIT.

Además, el equipo recomienda hacer seguimiento cercano en los primeros meses, ya que identificar la fatiga temprana podría permitir intervenciones efectivas y mejorar la calidad de vida del paciente.

“La fatiga a largo plazo fue común en nuestro grupo de participantes del estudio, y descubrimos que, si las personas experimentan fatiga dentro de las dos semanas posteriores al salir del hospital, es probable que continúen teniendo fatiga hasta por un año”, dijo el doctor Modrau.

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Destacó que: “Para estudios futuros, las personas diagnosticadas con un ataque isquémico transitorio deben ser seguidas en las semanas y meses siguientes para ser evaluadas para detectar fatiga persistente. Esto podría ayudarnos a comprender mejor quién podría luchar contra la fatiga a largo plazo y requerir más atención”.