Muchas personas sienten que levantarse temprano es una de las tareas más difíciles del día. Aunque muchos lo relacionan con pereza o falta de disciplina, especialistas explican que detrás de este problema pueden existir razones mucho más profundas.
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La psicóloga Lisa Strauss, experta en trastornos del sueño, indicó en un informe para The Washington Post que uno de los principales motivos por los que cuesta despertarse está relacionado con el reloj biológico de cada persona.
Algunos tienen un ritmo circadiano que funciona mejor por la noche, lo que hace que madrugar les resulte mucho más complicado. Por otro lado, no dormir lo suficiente o no tener un sueño de buena calidad también influye.

El insomnio, los problemas respiratorios al dormir, las preocupaciones, o incluso enfermedades que interrumpen el descanso, como el reflujo o dolores crónicos, pueden provocar que al día siguiente cueste mucho más despertarse.
Además, factores como el estrés, la ansiedad, la depresión, el consumo de alcohol o ciertos medicamentos pueden empeorar esta situación. Por eso, los especialistas recomiendan no juzgarse por tener dificultades al levantarse, sino buscar ayuda para conocer la causa y poder mejorar el descanso y la calidad de vida.
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Lo que indica la especialista es que mejor es buscar ayuda profesional para que le den las causas que le impiden levantarse. Los médicos pueden hacerle exámenes más profundos como análisis de sangre o estudios específicos del sueño, para comprender mejor el problema.
Strauss sugiere que ponga las alarmas progresivas para que su cuerpo despierte de forma gradual y más natural. Para ganar agudeza mental dio como opción que la persona realice ejercicio al aire libre en las primeras horas de la mañana