Los frutos que cosechas son el reflejo de lo que alguna vez sembraste. Es una de las realidades de la vida que nos enseña la naturaleza, pues para poder recoger primero que todo la semilla debió haber sido colocada.
Flor María Carreño Caldera, una migrante venezolana, jubilada del Ministerio de Educación de ese país, llegó al barrio La Paz de Barranquilla en febrero del 2017 a vender tinto por la calle una vez que ya no pudo seguir trabajando como docente de química en un colegio de su país natal, ante la complicación de la situación económica y social, pues literalmente el hambre la sacó espantada.