Compartir:

Las zonas verdes no solo se constituyen como un factor que embellece los espacios de una población y que contribuye a disminuir problemáticas atmosféricas. Estos lugares también han sido implicados con el desarrollo integral de los niños y sus beneficios emocionales.

Así lo determinaron recientes estudios realizados por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), arrojando que el 62 % de los niños que habiten en zonas con pocos espacios verdes están en un mayor riesgo de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Y es que crecer en espacios rodeados de vegetación implica tener contacto con la naturaleza, la cual ha sido relacionada durante décadas con proveer efectos saludables en los seres humanos. Es por ello que la investigación también pudo determinar que los niños que habitan en zonas más verdes y menos contaminadas tienen un 50 % menos de riesgo de desarrollar los trastornos mencionados.