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La rana arlequín, fascinante anfibio en peligro crítico de extinción, encuentra en la Sierra Nevada de Santa Marta un hábitat propicio para desarrollarse y sobrevivir ante los enemigos que la amenazan.

Considerada una de las especies más raras en su género y caracterizada por sus llamativos colores, es objeto de investigaciones que buscan descifrar muchos de sus misterios.

Dejando ver su pasión por la herpetología (estudio de los reptiles) y con especialidad en los anfibios, el biólogo magíster Luis Alberto Rueda Solano, miembro del Grupo de Investigación en Biodiversidad y Ecología Aplicada (GIBEA) de la Universidad del Magdalena, ha estudiado a profundidad el tema.

Acompañado de su equipo y dos nuevas investigaciones desarrolladas en torno a estas ranas, se sumó recientemente a la lista de las publicaciones en revistas internacionales y con alto impacto (Q1). Las investigaciones se centran tanto en los renacuajos de ranas arlequines como en el canto de una de las especies, y en el hongo patógeno que las amenaza y la inmunidad que ante este tienen las ranas que habitan en la Sierra Nevada.