A pocos días de terminar su mandato, en su despedida, Jaime Pumarejo afirma que intentó hacer lo mejor que pudo, que obtuvo logros importantes, pero también reconoce que la pandemia le impuso una agenda distinta que retrasó proyectos que los barranquilleros le demandaron con insistencia. Confía, eso sí, en que en el nuevo tiempo de Alex Char, quien lo sucederá en el cargo, se sigan acometiendo las grandes transformaciones de ciudad. Y fiel a su talante crítico, casi rebelde, cuestiona la desconexión del Gobierno nacional, la de este y de los anteriores, con los ciudadanos, con las regiones, algo que atribuye a la vanidad de poder y a actitudes mesiánicas.